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Por Lengua Larga
En la alcaldía Miguel Hidalgo andan muy enojados por las columnas y notas que han circulado desde este medio de comunicación; pero bien se dice por ahí “si el funcionario público hiciera las cosas bien, no se tendría de que escribir”.
Una querida amiga pide tregua, pero aquí no se está para complacer a nadie y si para demostrar lo que se hace mal.
Muchos han denostado la labor que se hace desde esta trinchera y han asegurado que el periódico nadie lo lee, pero lo leen en la MH y con eso pues Basta (guiño, guiño).
Se sabe que Julio Higuera, de quien ya hemos hablado, es un perredista que como muchos otros decidió saltar a Morena, pero se rindió a los pies del PAN.
En la alcaldía hubo una reunión en la que el concejal morenista de sangre azul se dedicó hablar pestes de otro compañero concejal; y aunque Higuera ya había dicho que lo que se publicara desde estas líneas lo tenía sin preocupación pues la realidad es otra.
Si supiera Higuera que quien alimenta los dichos sobre él son precisamente los panistas a quienes se vendió no andaría pregonando odio contra los otros concejales.
¿Qué dirían Martí Batres y Héctor Díaz Polanco de lo que hace desde su oficina en la alcaldía? El nombre de Morena se desvaneció en Miguel Hidalgo porque el único que sigue trabajando es Víctor Hugo Romo.
Y bueno, si el lema de Clara Brugada es #CapitaldelaTransformación, pues Julio Higuera no anda muy transformador y sigue pensando como los misóginos marxistas de antes haciendo burla y escarnio de la orientación sexual de los que trabajan en MH comenzando por Juan Pablo Gutiérrez, Carlos Gelista y Oscar Munguía a quienes no baja de “jotos, amanerados”.
No cabe duda que a Higuera le dan la mano y a todos le toma el pie; o más bien es tan “hambreado”, dicen, que por eso muerde la mano que le da de comer.