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Una llamada anónima alertó sobre un supuesto artefacto explosivo en la Subdelegación del Seguro Social en Toluca, provocando el desalojo masivo
REDACCIÓN
GRUPO CANTÓN
Un ambiente de pánico y desconcierto envolvió la mañana del lunes a trabajadores, derechohabientes y vecinos del Barrio de San Sebastián, luego de que se reportara una amenaza de bomba en las oficinas de la Subdelegación del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) en Toluca.
Aunque el incidente no dejó víctimas ni daños, dejó al descubierto deficiencias en la reacción institucional y un fuerte malestar entre los habitantes de la zona.
La alerta se originó tras una llamada al 911 donde una voz, presuntamente vinculada a un grupo criminal, advirtió sobre la colocación de un artefacto explosivo en el interior del inmueble.
El reporte movilizó a elementos de seguridad municipal y estatal, quienes desalojaron de inmediato el edificio, provocando escenas de confusión entre quienes realizaban trámites o esperaban atención médica.
El operativo, que incluyó un despliegue de uniformados armados y la inspección del inmueble, concluyó sin hallazgos. No se encontró ningún explosivo ni indicios de amenaza real. Poco después, las actividades fueron reanudadas, aunque bajo un discreto refuerzo en la vigilancia perimetral.
Para los vecinos, más que tranquilidad, el episodio sembró dudas e indignación. “Cada vez que ocurre algo, se nota la improvisación. Hablan mucho de estar preparados, pero en los hechos se ven lentos y desorganizados”, reclamó doña Maricela Duarte, quien vive a tres calles del IMSS y presenció el desalojo.
Las críticas no se limitaron a la actuación policial. Habitantes del barrio acusaron al gobierno municipal de esconder su ineficiencia detrás de discursos triunfalistas. “La inseguridad no se resuelve con boletines. Dicen que estamos mejor, pero aquí seguimos viendo patrullas llegar tarde, amenazas falsas que paralizan y cero resultados”, apuntó Javier Méndez, comerciante de la zona.
Otros vecinos, visiblemente molestos, insinuaron que la supuesta amenaza pudo haber sido un montaje para desviar la atención. “No me sorprendería que hayan inventado todo esto para desviar la mirada de otros problemas. Estamos hartos del abandono y de que solo respondan cuando hay prensa”, soltó Laura Torres, habitual usuaria de la clínica.
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