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REDACCIÓN
GRUPO CANTÓN
Lejos de ser un espacio digno para la convivencia familiar, el parque Laura Méndez de Cuenca, en la colonia Sánchez Colín, en el municipio de Toluca, ha terminado por convertirse en una muestra tangible de desinterés institucional.
El lugar que, en algún momento, fue punto de encuentro comunitario, hoy luce descuidado, con maleza crecida, juegos oxidados y grafitis que se acumulan entre paredes sin mantenimiento.

A pesar de anuncios públicos por parte del Ayuntamiento sobre supuestas intervenciones, vecinos aseguran que las acciones han sido superficiales y oportunistas, sin responder a una estrategia real de rehabilitación. Los juegos infantiles, pensados para niños, hoy representan un riesgo. Tubos expuestos, tornillos flojos y estructuras corroídas son parte del paisaje cotidiano. “Es indignante que los niños tengan que jugar entre basura y fierros oxidados. Si algo les pasa, ¿a quién le vamos a reclamar?”, cuestionó Jorge Mendoza, padre de familia. En febrero pasado, el gobierno de Toluca anunció que el parque serviría como centro de acopio de residuos reciclables durante fines de semana. Lejos de recibir la noticia con entusiasmo, muchos habitantes interpretaron la medida como una excusa para no invertir en su rehabilitación.
El discurso oficial, según los vecinos, no concuerda con la realidad que viven familias.

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