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Por Salvador Guerrero Chiprés
@guerrerochipres
3 NÚMEROS SALVAN VIDAS
Ante las emergencias, tres números están ampliamente socializados por su capacidad para concitar atención oportuna y desencadenar una estructura operativa compleja, diseñada para actuar con precisión.
En el 9-1-1, operado en la Ciudad de México desde el Centro de Comando, Control, Cómputo, Comunicaciones y Contacto Ciudadano (C5), inicia la ruta que puede hacer la diferencia entre la vida y la muerte. Aquí, además de la línea receptora, convergen el Centro Regulador de Urgencias Médicas como órgano despachador de ambulancias y Telemedicina como herramienta clínica remota.
Su sinergia define el modelo capitalino prehospitalario, donde se coordina el triage clínico: el envío de ambulancias, patrullas y servicios especializados. Este año se han recibido 139 mil 187 casos y movilizado unidades en más de 37 mil ocasiones.
Las emergencias pueden ocurrir en cualquier momento —un accidente en la vía pública, en el hogar, el trabajo o la escuela; alteraciones en la salud o incidentes entre personas— y se torna indispensable un ecosistema de atención oportuna, que en la CDMX comienza en el C5 y pasa por las y los paramédicos, quienes ayer celebraron su Día Internacional.
El 60 por ciento de las situaciones son atendidas por elementos del ERUM, el 33 por ciento por el CRUM y el resto por la Cruz Roja. La mayoría de los casos se concentran en las alcaldías Cuauhtémoc, Iztapalapa, Gustavo A. Madero, Venustiano Carranza y Miguel Hidalgo.
Recortar los tiempos pasa por la responsabilidad ciudadana en el buen uso de las líneas de emergencias, la disposición de quienes brindan servicio y la voluntad política evidenciada por la Jefa de Gobierno, Clara Brugada, para robustecer ese ecosistema prehospitalario.
Cuidar la vida comienza con una voz al otro lado de la línea que sabe preguntar, decidir y coordinar.
