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En noviembre de 2022 un grupo de ciudadanos fuimos acusados de violencia política en razón de género, ¿la razón?, haber apoyado con comentarios inocuos un tuit de Andrea Chávez, la principal acusada. Era el INE de Lorenzo Córdova, de Murayama, de Edmundo Jacobo (hoy férreo comentarista de Aristegui), en ese momento cuestioné, y aún lo hago, las atribuciones del INE para sancionar a ciudadanos que nada tenían que ver con la función pública. Pocos medios nos hicieron eco y las puertas de los medios, todos de derecha, permanecieron cerradas.
Hace unos días, una persona fue sancionada por un post en X, una ciudadana de Hermosillo al que los medios destacan como “ama de casa”, lo realmente extraño aquí es el escándalo que se ha generado; la ciudadana ha pasado por casi todos los noticieros y ha sido nota en más de 20 medios nacionales. ¿Realmente es la ciudadana lo que les importa o es solo un medio más de golpeteo? ¿JAMÁS notaron que ese tipo de denuncias hacia ciudadanos existió en el INE de Córdova?
Dejando de lado que la susodicha “ciudadana ama de casa” no tenga el poder mediático para convocar a tantos medios, el punto a destacar aquí son las facultades del INE de sancionar de esa manera a ciudadanosl. Vuelvo con la pregunta de mis columnas anteriores sobre el tema: ¿por qué el INE tiene derecho a sancionar a ciudadanos?, ¿es acaso un poder alterno?
La CNDH se ha pronunciado ya varias veces en favor de la libertad de expresión, sin embargo, no debe confundirse con el insulto claro y llano como el de Alazraky, o el tono en que algunas personas usan para dirigirse a la presidenta en las mañaneras.
En los años 70, la Secretaría de Gobernación era la encargada de “normar” la conducta de los comunicadores y lo hacía a base de multas al infractor, al medio o solicitando su despido, como lo vimos con José Gutiérrez Vivó en 2007, cuando por orden presidencial se decidió sacarlo del aire porque le era incómodo al sistema.
Hoy no tenemos eso, ni pido la represión setentera, pero el INE debería ser cuidadoso de no “sancionar por sancionar” ni ser usado como arma política, y es urgente regular los medios, para que su código de ética y lenguaje sean respetados. La presidenta es una institución y no una persona, a ver si lo entienden de una buena vez.
