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Por Xóchitl Bravo Espinosa
Alto a la guerra
La Ciudad de México es pacifista y siempre condenará toda forma de violencia entre las personas, los pueblos y los países. Esa afirmación de nuestra Jefa de Gobierno, Clara Brugada, me llena de gozo, pero también me llama a la reflexión ante la guerra en Medio Oriente.
Ante los miles de personas que nos reunimos el domingo pasado en la Plaza de la Constitución, para desplegar la bandera de la diversidad sexual y de género más grande del mundo, como parte del Mes del Orgullo LGBTTTIQ+, la Mandataria capitalina sostuvo que la Ciudad de México alza la voz en contra de dicho conflicto bélico.
La guerra sólo genera sufrimiento, hambruna, miedo, la pérdida de un lugar seguro donde vivir… No importa en dónde se desate. Por ello, coincido con Brugada en la solución pacífica de las controversias entre las naciones; la no intervención; la autodeterminación de los pueblos; el respeto a los derechos humanos, y la proscripción de la amenaza o el uso de la fuerza entre los países.
Cito parte de su discurso: “La construcción de la paz y su defensa es una tarea permanente y una responsabilidad común. No puede ni debe ocultarse la gravedad de los acontecimientos en Medio Oriente y otras regiones del mundo. La construcción, la protección y la defensa de la paz es hoy una tarea urgente”.
Quienes vivimos en la Ciudad de México debemos sentirnos felices de que los gobiernos de la Cuarta Transformación siempre impulsarán el diálogo; la concertación; el derecho de cada habitante a desarrollarse como le plazca, dentro del marco de la ley, y también a un ambiente de paz.
Las y los capitalinos debemos exigir el alto inmediato a la guerra y el respeto del derecho internacional. Hoy más que nunca, la frase de Benito Juárez, quien fue presidente de México, hace eco: “Entre los individuos, como entre las naciones, el respeto al derecho ajeno es la paz”.
La Ciudad de México es y seguirá siendo respetuosa de los derechos y las libertades. Es la capital de la paz y así habremos de mantenerla por siempre.
