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Conexiones sociales y el rápido ritmo de la vida moderna

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Redacción

Hoy en día, es difícil encontrar a una persona que no utilice las redes sociales. Empezamos el día con las noticias, le damos likes a las fotos de nuestros amigos, discutimos eventos en los comentarios y ojeamos memes antes de acostarnos. Las redes sociales se han convertido en parte integrante de nuestras vidas. Nos ayudan a conocer gente nueva, a comunicarnos, a vender bienes y servicios y mucho más. Pero, ¿es todo tan color rosa? Por un lado, las redes sociales nos ofrecen enormes oportunidades, pero por otro, nos atraen sutilmente, ocupando nuestro tiempo y afectando a nuestro bienestar emocional. ¿Dónde está el límite entre el beneficio y la adicción? Explorémoslo juntos.

¿Son las redes sociales una pérdida de tiempo inútil?

El tiempo es nuestro recurso más valioso, pero en las redes sociales se nos escapa sin darnos cuenta. La mitad de nuestra vida la pasamos en gadgets: realizamos tareas laborales, encargamos productos, seguimos las noticias, vemos videos y nos comunicamos. El principal problema es que una parte importante del tiempo que dedicamos a los gadgets es sencillamente tiempo perdido.

¿Adónde va a parar nuestro tiempo?
  • Desplazamiento infinito por los feed: nos conectamos «sólo un minuto», pero terminamos atrapados en una corriente de información sin fin. Noticias, memes, tendencias, publicaciones de amigos. Nos arrastran a un torbellino de contenidos. Los algoritmos de la plataforma seleccionan intencionadamente publicaciones interesantes para nosotros, animándonos a permanecer en la aplicación el mayor tiempo posible.
  • Videos cortos: el formato de videos cortos se ha vuelto increíblemente popular, y no es de sorprender, son dinámicos, atractivos y fáciles de ver. Sin embargo, también son una trampa: un video reemplaza a otro y, antes de darnos cuenta, nos olvidamos del por qué entramos en la red social.
  • La vida perfecta de los demás: desplazándonos por los perfiles de los blogueros nos fijamos en sus éxitos, nos comparamos y nos sentimos decepcionados, aunque la mayor parte del contenido sea una realidad embellecida. Pocas personas comparten sus luchas y fracasos. En la mayoría de los casos, las redes sociales no son más que una ilusión.
  • Discusiones en los comentarios: otro «devorador de tiempo» son las discusiones interminables en las secciones de comentarios. Queremos expresar nuestra opinión, defender nuestro punto de vista y probar que tenemos razón. A veces esto se convierte en verdaderos debates, pero más a menudo conduce a conflictos inútiles. Las personas rara vez cambian su forma de pensar por los comentarios online. Así que, ¿realmente merece la pena dedicar tu tiempo y salud mental a esto?

Para muchos, el día no empieza con el café de la mañana, sino con el desplazamiento por las noticias. Aún no han abierto del todo los ojos, pero ya tienen la mano en el teléfono para comprobar las notificaciones, navegar por las redes sociales y ver las novedades de la noche. La misma escena se repite antes de acostarse. A veces se alarga tanto que el tiempo vuela sin darnos cuenta, dejando sólo unas pocas horas para dormir. Incluso cuando pasamos tiempo con amigos o tenemos una cita, el teléfono permanece en nuestras manos. Asentimos, estamos de acuerdo, fingimos escuchar. Físicamente, estamos con gente, pero mentalmente, estamos en algún lugar de Internet.

Revisamos las redes sociales automáticamente, aunque no esperemos mensajes importantes. Se ha convertido en un hábito, un reflejo. Creemos que nos comunicamos activamente porque nos gustan las publicaciones, dejamos comentarios o compartimos memes con nuestros amigos, pero las redes sociales sólo crean la ilusión de comunicación. Prueba a mirar las estadísticas del tiempo que pasas frente a la pantalla de tu smartphone. ¿Cuántas horas al día pasas en las redes sociales? Ahora imagina que dedicaras al menos la mitad de ese tiempo a algo valioso: encontrarte con amigos, dar un paseo, dedicarte a un hobby, leer…

¿Cómo pasar tiempo en línea, pero de forma provechosa?

Las redes sociales e Internet en general no son sólo hacer scroll sin fin y atascarse en vídeos cortos. Con el enfoque adecuado, pueden convertirse en una fuente de conocimientos, conexiones interesantes e inspiración. ¿Cómo pasar el tiempo en Internet de forma productiva? He aquí algunos consejos.

Aprende información útil o lee libros

Una de las oportunidades más valiosas que ofrece Internet es el acceso al conocimiento, pero no te limites a artículos breves o posts superficiales. Lee textos en profundidad, materiales de análisis y blogs de expertos. Mejor aún: ¡lee libros! Intenta sustituir 30 minutos en las redes sociales por la lectura de un libro interesante. Es menos tiempo que una pausa media para comer, pero incluso un cambio tan pequeño puede ser el comienzo de algo nuevo.

Te sorprenderá ver cómo tu vida empieza a mejorar poco a poco. Al principio, notarás que tu habla se vuelve más precisa y expresiva. Luego, descubrirás que surgen nuevos temas en las conversaciones con amigos y compañeros. Y más tarde, te darás cuenta de que has empezado a analizar muchos temas con más profundidad y desde perspectivas diferentes. Lo más sorprendente es que estos cambios se producen casi sin darte cuenta, día a día, página a página.

Así que la próxima vez que tu mano busque tu smartphone para obtener otra dosis de contenido entretenido, recuerda: a sólo un par de clics hay todo un mundo creado por un autor especialmente para ti.

Comunícate con la gente nueva en videochats

Internet elimina las barreras y los kilómetros de distancia ya no son un obstáculo para la comunicación. Hoy en día se puede conocer a alguien de cualquier parte del mundo, oír su voz y ver su sonrisa estando a miles de kilómetros de distancia. Si deseas tener más interacción en vivo, prueba chatear con gente nueva en chats aleatorios. Estas plataformas te permiten ver a tu compañero de chat, captar su entonación, expresiones faciales y gestos. Nada de esto se encuentra en los mensajes de texto.

Además, los videochats aleatorios con frecuencia ayudan a las personas a abrirse. Al estar en un entorno familiar y seguro, muchos sienten más confianza y pueden mostrar su mejor cara. Al mismo tiempo, en un chat con gente al azar siempre puedes poner fin a una conversación infructuosa con un solo clic. Así que no pierdas la oportunidad de ampliar tu círculo social: quizá tu mejor amigo o tu alma gemela ya te esté esperando al otro lado de la pantalla.

Te recomendamos que pruebes servicios como coomeet.com/es/strangers, LuckyCrush, Chatrandom y Shagle. Cada una de estas plataformas tiene su propio público y características, pero a todas las une una idea: darte la oportunidad de comunicarte casi como en la vida real.

Grupos de intereses comunes

Otra forma de pasar tiempo productivo en Internet es encontrando gente afín. En Telegram hay muchas comunidades en las que las personas discuten sobre literatura, ciencia, deportes, arte, tecnología e incluso temas profesionales especializados.

Participa en debates, comparte tus ideas, haz preguntas. No temas expresar tu opinión o mostrar tu trabajo, sobre todo en comunidades creativas. Pasar del consumo pasivo a la participación activa es un paso importante que puede cambiar radicalmente tu vida. En lugar de consumir contenidos sin pensar, desarrollarás nuevas ideas y te inspirarás en ellas.

Además, lo que suele empezar como una simple comunicación basada en intereses compartidos puede convertirse en algo mucho más. Proyectos de colaboración, iniciativas benéficas, startups… todo ello puede surgir de una simple charla entre personas afines. La historia tiene muchos ejemplos de citas virtuales que cambiaron vidas.

Como puedes ver, si deseas, puedes pasar tu tiempo online de forma útil. Las redes sociales e Internet en su conjunto no tienen por qué ser «devoradoras de tiempo». No te limites a perder tu tiempo en internet: utilízalo para crecer, desarrollarte y comunicarte con quienes de verdad te interesan. Entonces Internet no se convertirá en una trampa, sino en una herramienta que te ayude a convertirte en la mejor versión de ti mismo.

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