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Bernardo Bátiz y Vázquez, su nombramiento inquieta

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Por Eduardo López Betancourt
elb@unam.mx

Bernardo Bátiz, fue un destacado militante del Partido Acción Nacional (PAN). En varias ocasiones lo invité a mi programa radiofónico Valor Civil. Durante esas entrevistas, se mostró como un crítico acérrimo de la izquierda mexicana, especialmente al descalificar a los fundadores del Partido de la Revolución Democrática (PRD), a quienes tildaba de farsantes, afirmando que ese sector político estaba integrado por advenedizos sin verdadera ideología.

En diciembre del año 2000, fue designado Procurador General de Justicia del entonces Distrito Federal. Me pidió que lo asesorara, y al comentarme que no tenía conocimientos en derecho penal, acepté colaborar, siempre que el cargo fuera honorífico. Así, junto a su colaborador Renato Sales Heredia (hijo de Renato Sales Gasque, exProcurador en Campeche), atendimos diversos asuntos. En una ocasión me solicitó declarar, en conferencia de prensa, que la reconocida activista y defensora de los derechos humanos, Digna Ochoa y Plácido, se había quitado la vida. Me negué rotundamente, ya que estaba convencido de que fue víctima de un brutal asesinato.

Bernardo, visiblemente molesto, golpeó la mesa. Tuvimos un fuerte desencuentro. Tal fue su enojo que tuve que regresar a mi casa en taxi, cuando había mandado por mí.

De forma sorpresiva, se alió con un jefe policiaco de comportamiento despiadado, autoritario y deshonesto, dedicado a fabricar delitos, perseguir periodistas y calumniar a medios críticos. De aquel hombre prudente solo quedó una conducta reprobable. Continuó su trayectoria política y aspiró a convertirse en Ministro de la Suprema Corte. Al no lograrlo, aceptó un puesto como Consejero de la Judicatura Federal, donde no se le conoció mayor actividad, salvo la de conservar su posición.

Astuto en temas electorales, ahora ha sido integrado a un nuevo órgano disciplinario encargado de supervisar a jueces en el ámbito federal. Su nombramiento genera inquietud, tanto por su historial como por su edad. Sería deseable que, a pesar de ello, cumpla con dignidad su responsabilidad en este cargo relevante.

El País necesita renovación, integridad y compromiso real con la justicia. Es urgente erradicar la corrupción y promover una real transformación.

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