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Por Eduardo López Betancourt
elb@unam.mx
LE VOLVIÓ A TOCAR A MÉXICO
Uno de los más importantes reconocimientos que entrega España son los denominados Príncipe o Princesa de Asturias, esto es, en función de quién sea el heredero de la Corona Española.
México ha sido connotado en varias ocasiones por tan importante distinción, nacieron en 1981 como Premios Príncipe de Asturias, y ese mismo año se le otorgó al Presidente José López Portillo (por reanudar relaciones diplomáticas) y fue su hermana Margarita la encargada de recibirlo, el Dr. Valentín Molina Piñeiro me invito para formar parte de la Comitiva que acudió a la bella Ciudad de Oviedo para ser testigo de tan prestigiada ceremonia, dado que le hice a doña Margarita varios trabajos históricos, además de haberle creado dentro de esa especialidad fundaciones e instituciones.
En el año 1985 se le entregó al sismólogo más importante del mundo, el Dr. Emilio Rosenblueth a quien nuevamente tuve el privilegio de acompañar junto con su esposa Alicia y el gran dramaturgo mexicano, Arturo Azuela Arriaga, autor de brillantes novelas como “El tamaño del infierno”, entre otras.
Ahora nuevamente México es galardonado, en esta ocasión a través del impactante Museo Nacional de Antropología, una obra cumbre que resalta nuestro pasado de manera impactante en particular el relacionado con las culturas prehispánicas.
Tal hecho es la mejor prueba del cariño y respeto que se nos tiene en España, con quien mantenemos una histórica y productiva amistad. Los mexicanos en tierras hispanas son bien recibidos en actos de hermandad, al igual que en nuestro País recibimos con los brazos abiertos a quienes forman parte de la historia de la Nación.
Al final de cuentas, las relaciones entre nuestra patria y la Península Ibérica son indisolubles; a pesar de las diferencias que pueda haber, siempre subsiste la hermandad entre mexicanos y españoles caracterizada por una vinculación histórica, económica y cultural.
En hora buena, por este galardón de parte del Gobierno Español a través de su jurado que nos otorga tan envidiable condecoración de la Princesa de Asturias.
