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Por
Miguel García Conejo
@kurt2767
Para aquellos que vaticinaban un escenario catastrófico en la elección de este domingo, simplemente se quedaron con las ganas.
Aquellos que llamaban a la no participación como un acto de supuesta resistencia ante la supuesta dictadura, se quedaron con las ganas.
Aquellos que aspiraban a un escenario de tragedia con nulos votos y urnas vacías, se quedaron con las ganas.
La elección de este domingo por el Poder Judicial fue una muestra de civismo y cultura democrática con la cual no se tenía registro, sin filias ni fobias partidistas, y el único interés de participar en la transformación de este país, los ciudadanos acudieron a votar.
Y es que pésele a quien le pese, si se llega a un porcentaje de participación del 20 por ciento del padrón electoral en este su primer ejercicio, la elección del poder judicial habrá cumplido.
No es nada comparado frente a una elección por un cargo público del poder Ejecutivo o Legislativo, pero de que es una muestra, y de que este modelo, es perfectible, y que avanzará hacia esos escenarios de alta participación, no tengo duda.
La imagen de ciudadanos que acudieron a las urnas con su tarea hecha y su acordeón hermano, tras revisar los perfiles más idóneos a su entender, dan cuenta que como decía el presidente López Obrador. “tonto es el que piensa que el pueblo es tonto”.