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Por Jorge Gómez Naredo
@jgnaredo
Lisa Walsh, jueza civil en Miami, sentenció a Genaro García Luna y a su esposa, Linda Cristina Pereyra, a pagar 748 millones de dólares y 1,740 millones de dólares, respectivamente, por participar en un esquema de contratación ilegal en el Gobierno de México durante las administraciones de Felipe Calderón y de Enrique Peña Nieto.
Esto se debe a que, en 2021, el Gobierno de México demandó a García Luna, a su esposa y a más de 50 personas y empresas en Miami por incurrir en lavado de dinero y crimen organizado.
El esquema ideado por García Luna, su esposa y sus cómplices consistía en utilizar influencias, chantajes y sobornos para obligar a funcionarios públicos a contratar empresas relacionadas con el exsecretario de Seguridad. Posteriormente, el dinero era desviado a paraísos fiscales y de ahí enviado a Estados Unidos, donde se adquirían bienes inmuebles como forma de lavado.
Ahora no sólo sabemos que Genaro García Luna era un narcotraficante, sino también un corrupto que saqueó al Estado mexicano.
Ante esta sentencia, vale la pena preguntarse si el expresidente Felipe Calderón sabía algo sobre este esquema de corrupción. El exmandatario ha negado conocer los vínculos de García Luna con el narcotráfico, pero, ¿jamás se enteró de la corrupción que ejercía ni del desfalco que perpetraba contra las arcas nacionales?
Hoy, Calderón se presenta como defensor de la democracia y critica constantemente a los gobiernos de la Cuarta Transformación. Se muestra como una voz opositora, impoluta, que presume haber encabezado un excelente gobierno. Pero la realidad es otra: Calderón es un personaje siniestro que no solo sumió a México en una tragedia, sino que permitió el saqueo por parte de sus propios funcionarios.
Ojalá algún día sea castigado por todo el mal que le hizo a México y a los mexicanos.
