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Por Ricardo Sevilla
La elección judicial lleva semanas convertida en un epicentro de tensiones políticas. La discusión se ha elevado a tal nivel que alcanzó a la población.
Y la derecha lo sabe.
Así que, mediante una artera y sofisticada una estrategia de boicot, busca deslegitimar el proceso. Una elección que, por cierto, es inédita e histórica en la joven democracia mexicana.
La comentocracia, que empeña buen tiempo estudiando las debilidades de sus opositores, sabe que la principal herramienta para llevar a buen puerto esta elección es la información.
Por eso han apostado por su opuesto: la desinformación.
La derecha no quiere que la gente vaya a las urnas.
Los ideólogos de la derecha, que cada vez están más virulentos y desequilibrados, pretenden influir en la opinión pública y moldear la percepción del proceso electoral.
La derecha asegura, atrincherada en la mentira, que la elección judicial está viciada y busca favorecer a candidatos afines al gobierno.
Mentira roñosa que es imposible sostener con argumentos.
Este enfoque no solo busca confundir, sino generar apatía y desmovilización.
Y hay que tener mucho cuidado porque la derecha apuesta a que la gente, una vez infectada por la mentira, optará por no votar. Este fenómeno, conocido como “espiral del silencio”, donde las personas se abstienen de expresar sus opiniones por temor al equívoco, es un arma poderosa en manos de quienes buscan manipular la opinión pública.
Mucha gente me pidió que, en un ejercicio de apertura, hiciera pública la lista de juzgadores por la que votaré. Y he decidido aceptar la exhortación. Yo votaré para ministras de la Suprema Corte por Yasmín Esquivel, Lenia Batres, Natalia Téllez Torres, Estela Ríos, Olivia Aguirre. Y los candidatos que respaldaré con mi voto serán: César Gutiérrez Priego, Raymundo Espinoza Hernández, Isaac de Paz González, Ángel Mario García Guerra.
¡Participemos abiertamente! No permitamos que el boicot de la alevosa derecha nos robe la oportunidad de construir un sistema judicial más justo y necesario.
