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El fuero constitucional fue concebido para la protección de funcionarios y que pudieran realizar su trabajo con protección y la certeza de que no serían juzgados por ello, sin embargo, eso ha sido también usado para “blindar” a funcionarios protegiéndolos de los probables actos ilícitos cometidos, instituido formalmente en 1917 en nuestro país y junto con las diputaciones “plurinominales” han sido una y otra vez motivo de crítica y reclamo de lo injusto que es tener inmunidad procesal (fuero) y cómo éste se ha convertido en un pasaporte a la impunidad; de nuevo, un mecanismo que fue creado para que el legislador pudiera hacer su trabajo sin el temor de venganzas políticas, se ha convertido en el maravilloso pretexto para la compra-venta de la protección ante la ilegalidad.
El caso más escandaloso ha sido el de Cuauhtémoc Blanco, pero no ha sido el único, la amenaza de quitar el fuero ha sido también para Alejandro Moreno y antes que él a muchos otros.
En 2005 Vicente Fox orquestó el desafuero de AMLO en una acción de clara venganza política para evitar que siguiera su camino hacia la presidencia cosa que evidentemente no consiguió y fue justamente López Obrador, ya en el poder de la máxima silla, el que propuso que el presidente o presidenta en turno no tuviera fuero y el suprimir la figura de diputaciones plurinominales.
De nuevo, hace falta revisar estrechamente tanto el fuero constitucional como la figura de los plurinominales con el objetivo de que, no exista esa capa mágica de impunidad llamada fuero.
“No estás solo” corearon a Cuauhtémoc Blanco, habría que agregar, “el fuero te acompaña”; en el caso del ex futbolista, es una pena que una carrera deportiva brillante haya terminado comparada con la del impresentable Alejandro Moreno.
La presidenta declaró ayer que es tiempo de poner a debate la figura del fuero constitucional y la iniciativa para eliminarlo ha surgido formalmente del diputado Alfonso Ramírez Cuellar y como él y muchos otros, estoy a favor de eliminar el fuero como la figura del plurinominal, es decir, quitar la “capa protectora” con la que muchos, del partido que sea, han hecho su agosto de impunidad.
Ana María Vázquez
Escritora/Dramaturga
@Anamariavazquez
