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Por Juan R. Hernández
El cierre de la Comisión Especial para la selección de jueces y magistrados en la Ciudad de México marca un hito en la transparencia y rendición de cuentas del Poder Judicial. Con su trabajo concluido, el diputado Alberto Martínez Urincho enfatizó que este proceso no solo fortalece la confianza pública, sino que también permite una evaluación abierta de la trayectoria de quienes aspiran a impartir justicia.
La creación del Tribunal de Disciplina Judicial refuerza este compromiso al combatir la corrupción y el nepotismo, elementos que históricamente han erosionado la credibilidad del sistema.
Esta evolución responde a una exigencia social de mayor claridad en la función judicial, alejándose de viejos esquemas donde el acceso a estos cargos estaba marcado por influencias y no por méritos.
Sin embargo, aunque este modelo promueve una justicia más accesible, queda la interrogante de hasta qué punto garantizará que las decisiones judiciales sean realmente imparciales y no estén sujetas a presiones externas.
Por otro lado, en el mismo Congreso, la diputada Rebeca Peralta León (PVEM) presentó una iniciativa con un enfoque de justicia social y derechos humanos. Su propuesta de reformar la Ley de Acceso de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia busca que las Alcaldías asignen recursos suficientes para la creación y mantenimiento de refugios para mujeres víctimas de violencia.
Además, plantea un punto crucial: que estos espacios acojan también a sus animales de compañía, reconociendo que muchas mujeres se ven obligadas a permanecer en entornos violentos por no poder abandonar a sus mascotas.
La violencia de género sigue siendo una crisis latente en México. Según datos citados por la diputada, 7 de cada 10 mujeres sufren violencia en sus hogares, lo que hace imprescindible fortalecer los mecanismos de protección. La iniciativa, además de humanitaria, resulta estratégica: al ofrecer una salida segura y digna, permite que las víctimas rompan el ciclo de violencia sin dejar atrás a los seres con los que han construido lazos emocionales.
El Congreso de la Ciudad de México avanza en dos frentes esenciales: garantizar una justicia más transparente y ofrecer refugio a quienes huyen de la violencia. Falta ver si estas iniciativas se traducen en cambios reales o si quedarán como meros ejercicios legislativos sin impacto en la vida cotidiana de la ciudadanía.