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Por Lengua larga
Hay una frase que esta columnista se permitirá citar “lente oscuro, en cuarto oscuro, pelele seguro” y pues esto lo aplicó a la perfección la concejal de Miguel Hidalgo, Altagracia Méndez.
Ya se le había contado a usted, querido lector, que la priísta se hizo una cirugía estética y que por ello faltó a sus labores y bueno, tras verse acorralada decidió regresar a trabajar pero con unos lentes negros tan oscuros que su conciencia se veía claro a lado de las gafas.
Pero bueno, a esta escribana llegó el rumor de que luego de darse a conocer que quiere ser novia de un Jefe de Unidad Departamental de la MH y que era notoria la diferencia de edad la mujer cobró favores y puso manos a la obra.
Lo que es cierto es que tanto ella como Ricardo Botello son las comidillas de la alcaldía, comenzando por Gisela Olivares, quien es la secretaría de Alberto Burgoa, secretario técnico del concejala de la alcaldía.
Este panista anda muy enojado porque esta chismosa escribe de él, si supiera que la información sale de su propia oficina no confiaría tanto en Gisela Olivares ni en su otro compinche de apellido Berúmen.
Pero bueno, ya no se dirá nada porque luego tachan a esta escribana de meter cizaña y eso no es cierto, lo que sí es que en las oficinas de Juan Pablo Viggiano ya hasta le pusieron un apodo a su compañera de partido por los arreglos que se hizo.