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Por Salvador Guerrero Chiprés
PUERTA A RESILENCIA FINANCIERA
La cuesta de enero nos obliga de una manera democrática. Todos casi iguales en la necesidad. También en la oportunidad de revisión de las finanzas personales y familiares, así como de prevención ante el riesgo de fraudes.
Nuestra ingenuidad y las derivadas expectativas de soluciones inmediatas y fáciles nos ha llevado a muchas personas a ser víctimas de estafas, al acceder a préstamos con aparentes buenas condiciones.
La solución no radica en evitar el crédito. La opción es acudir a esquemas regulados y confiables, con garantías y condiciones justas. Las instituciones financieras autorizadas, como bancos, cajas de ahorro y sociedades financieras, ofrecen opciones viables para quienes necesitamos liquidez.
Hay posibilidades de reducir los efectos de la cuesta de enero, principalmente en un contexto económico favorable a la con-fianza ciudadana, con un incremento acumulado al salario mínimo de 135 por ciento y el despliegue de programas sociales en la Ciudad de México, por impulso de la Jefa de Gobierno, Clara Brugada.
Organizar los temas del bolsillo es nuestra tarea. Calibrar nuestro consumo de acuerdo a la capacidad económica personal y familiar, nuestra misión de aquí a la quincena. La cuesta de enero es un recordatorio de la fragilidad financiera de muchas familias.
Para evitar el riego de fraude asegúrate que las instituciones estén registradas ante la Condusef y no firmes contratos sin conocer las tasas de interés, plazos y comisiones.
Ante este delito, en el C5 contamos con el número 089 para denuncias anónimas. Entre el año 2024 y este año hemos atendido 3 mil 845 casos de fraude en sus diferentes modalidades.
A través de planeación, información y regulación, podemos transformar la cuesta de enero en una oportunidad para fortalecer la resiliencia financiera.