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Salvador Guerrero Chiprés
El tema es de carácter vital en el mundo. La necesidad de tomar, como se dice coloquialmente, el toro por los cuernos, es urgente cuando se trata del agua.
Desde la Ciudad de México se proyecta una estrategia integral no solo relacionada con la garantía de abasto —la cual se trabaja en coordinación con el Estado de México y Morelos—, sino en atender las principales fallas respecto al líquido.
Fugas y desperdicio forman parte central del problema que puede ser visibilizado a partir de la contribución ciudadana con el reporte de lo que ocurre en las calles de la Ciudad y en convergencia con la disposición gubernamental para generar atención oportuna e inmediata.
En el mundo, se estima que entre el 30 y el 50 por ciento del agua potable se desperdicia debido a fugas en las redes de distribución. Este problema varía según la región y las condiciones de las infraestructuras hidráulicas.
Factores como ductos deteriorados, presión variable y suministro intermitente son las principales causas. Identificarlas a tiempo es central y para ello es indispensable contar con canales de reporte.
Bajo esa lógica, la Jefa de Gobierno de la Ciudad de México, Clara Brugada, impulsó la creación del C5 del Agua y la Línea H2O *426. Operada por la Secretaría de Gestión Integral del Agua, a cargo de Mario Esparza, desde las instalaciones del Centro de Comando, Control, Cómputo, Comunicaciones y Contacto Ciudadano, la estrategia revela coordinación interinstitucional para una de las principales inquietudes ciudadanas, junto con la seguridad.
Este esfuerzo permitirá aprovechar el poder de las casi mil 500 cámaras en las inmediaciones de cárcamos de bombeo, plantas potabilizadoras, pozos, tanques, válvulas y plantas cloradoras.
Ahora, como lo dijo la Jefa de Gobierno durante la presentación de la estrategia, el C5 es, además del corazón de la seguridad, el corazón del agua.
