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Por Lengua Larga
A esta columnista le llegó el rumor de que hay muchos rechazados en el Partido de la Revolución Democrática. Oscar Munguía y Roberto Arceo son dos de los grandes apestados del instituto político en la capital del país; ambos se quedaron sin nada cuando el PRD perdió de manera oficial su registro y con ello el reino de “Los Chuchos” se vino abajo. “Los Chuchos”, Jesús Zambrano y Jesús Ortega, por mucho tiempo fueron de los más grandes políticos del país; ahora han quedado resumidos al recuerdo de la gloria y la añoranza de lo que ya no será.
Una vez que Zambrano demostró que como presidente del partido su más grande éxito fue la derrota ante Morena, se supo que el Chucho mayor entregó el PRD a Verónica Juárez y Angel Ávila quienes a su vez se sometieron a los pies del PAN, para muestra, la plantilla de Santiago Taboada durante la pasada elección.
Pero regresemos a los que “nos truje Chencha”, Munguía y Arceo se sentían poderosos bajo el cobijo de Zambrano. Oscar por mucho tiempo fue el secretario personal de Chucho, sin darse cuenta que éste lo único que hacía era usar la gente que Munguía tenía a su disposición por ser uno de los más grandes líderes de vivienda en la Ciudad de México; de eso nadie duda y no se cuestiona su liderazgo al frente de Asamblea de Barrios.
Y de Arceo ni hablar, el hombre siempre se jactó de ser de la vieja escuela de la izquierda en México, yo le pregunto a usted querido lector ¿había escuchado hablar de Roberto Arceo? ¿No? Pues claro que no, si el hombre siempre ha permanecido bajo la sombra de Zambrano.
Paso de ser subdirector de Participación Ciudadana a concejal suplente del nublado Sol Azteca. Aunque ya sabemos que le trabaja a un poderoso político de la 4T, sino de donde come.
En la pasada administración eran una piedra en el zapato para Mauricio Tabe en la Miguel Hidalgo, ahora son un granito de arena diminuto y minúsculo que no hace ruido ni ampolla. ¡Nada, ahora son nada! Ya pasaron 3 meses y aún siguen esperando un escritorio.