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Por Ricardo Sevilla
Ayer el usurero Ricardo Salinas Pliego recibió un durísimo golpe. La fortuna del dueño de Televisión Azteca cayó 4 mil millones de dólares. Todo esto luego de que los reguladores ordenaron a la bolsa reanudar las operaciones de Grupo Elektra, cuyas acciones reportaron una caída de más del 60 por ciento, de acuerdo con Bloomberg.
Hay que recordar que este deudor hacendario tiene una participación de casi el 75 por ciento de la empresa Elektra, lo que significa que ahora dicho porcentaje vale unos 2 mil 900 millones de dólares ante los 7 mil 600 millones de dólares que había logrado cotizar el viernes pasado.
Y en Elektra, desde luego, ya están llorando a moco tendido. La empresa salió a decir, a través de un comunicado, que tenía una orden judicial que bloqueaba la reanudación de la negociación y advirtió, en tono amenazador, que cualquier persona que negocie con las acciones podría ser considerada responsable.
A Salinas Pliego le encanta amenazar y perseguir cuando lo critican, contradicen o exhiben sus transas.
Pero, más allá de los berrinches y pucheros que armen los empleados del Salinas Pliego, lo cierto es a que ha sido un golpe fortísimo al corazón del usurero.
Este arrogante sujeto, que es uno de los empresarios más engreídos y burdos que ha dado toda la historia de este país, no tardó ni perezoso, lanzó a sus hordas de bots y chayoteros a defenderlo en las redes sociales.
Pero, aunque estos kamikazes intenten levantar una cortina de humo, será imposible que puedan cambiar la realidad.
Y la realidad, desafortunadamente para Salinas Pliego, le ha caído como un pesado yunque en la cabeza. El dueño de Salinas y Rocha ha perdido 4 mil millones de dólares al desplomarse las acciones de Elektra. Y los especialistas presumen que habrá un comportamiento similar en Banco Azteca.
¿Y ahora quién podrá salvarlo? Ahí sí ni el ex ministro Luis María Aguilar podría haber ayudado a su patrón.