107 lecturas
Por EDUARDO LÓPEZ BETANCOURT
ESTADO LLENO DE SINVERGÜENZAS
El Estado de México ha sido y sigue siendo un bastión para los sinvergüenzas. Ser funcionario en esa entidad implica acceder a riquezas malhabidas, ejercer el nepotismo y participar en sinnúmero de picardías; destacan actividades como la realización de contratos amañados, cobro por obras públicas inexistentes, autorización de fraccionamientos sin exigir los requisitos indispensables de servicios públicos, emisión de licencias de construcción arbitrarias y una desconsideración total hacia el desarrollo urbano adecuado. Esto resulta en hacinamientos cotidianos, donde empresarios pícaros actúan sin control. “De la noche a la mañana” surgen colonias donde las autoridades son cómplices en la venta de terrenos que no cumplen con las mínimas condiciones.
Las perversidades de los pésimos gobiernos en todos los niveles se observan con mayor intensidad en el área de la justicia, donde policías, ministerios públicos y jueces actúan de forma descarada, incrementando los delitos y dictando resoluciones judiciales a conveniencia, siempre a cambio de prebendas insospechadas. La corrupción en la entidad no tiene paralelo; esta situación es histórica y obligadamente su creador es quien fuera gobernador, Carlos Hank González, un auténtico “rey del pillaje” que acuñó la frase lapidaria: “un político pobre, es un pobre político”. El famoso “Profe” se hizo de una de las fortunas más importantes del País, precisamente cuando gobernó el Estado de México y su ejemplo ha sido fielmente respetado y mejorado. Gobernantes van y vienen, pero en todos ellos ha predominado la deshonestidad en perjuicio de una ciudadanía que sufre las consecuencias de la caótica y vergonzosa situación de la entidad más poblada del País.
Ahora el Estado de México es gobernado por Morena, sin embargo, con tristeza debemos precisar que nada ha cambiado, la conducta inmoral continúa, pero, abrigamos la esperanza de que algún día esta situación cambie.