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Por Lengua Larga
Alberto Burgoa, el parásito del PAN en Miguel Hidalgo, ya comenzó a trabajar en la alcaldía por órdenes de San Pedro porque nadie se lo pidió, pero quiere quedar bien, o al menos lo intentó.
Mientras está columnista escribía las líneas que usted leyó arriba, Burgoa quien fue concejal en la administración de Mauricio Tabe y Víctor Hugo Romo comenzó a buscar a los concejales para convencerlos de aceptar tener solo dos asesores a su cargo con un sueldo, cada uno, de 7 mil pesos.
Una querida amiga trabajo ahí y ganaba 19 mil, ¿cuál sería el motivo por el que Burgoa ofreció tan poco?, aquí se lo diré: tienen que recortar sueldos para mantener a los baquetones que Santiago Taboada mandó a la Miguel Hidalgo luego de que Luis Mendoza pasara el rastrillo en la Benito Juárez.
Pero bueno, Alberto Burgoa comenzó las negociaciones sin indicaciones, aunque él aseguró que Jorge Real y Mario Villanueva le habían pedido tal artilugio para tener más recurso económico.
Beto pensó que con ello se ganaría más que una palmadita en la espalda, cual mascota fiel y que le darían el puesto de secretario técnico del Concejo, si ya había sido secretario de Tabe 3 años ¿por qué no lo sería de todos los concejales?
Pero cuál fue la sorpresa, el lugar ya tenía nombre y apellido; mi muy querido y consentido Mauricio Tabe, eligió a Miguel Errasti para ocupar el puesto.
Así es, el panista más baquetón de la alcaldía consiguió, ya, un puesto con Tabe mientras que Burgoa solo logró destapar una cloaca que nadie le pidió y desencadenó la furia de más de uno.
Hablando de concejales, habrá que ver en qué paran las comisiones, porque se dice que andan diciendo algunas para que todos tengan en que hacerse mensos porque así que digamos que trabajan mucho, pues no.
