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Por Juan R. Hernández
Mientras la Central de Abasto de la Ciudad de México comunicaba en sus redes sociales el éxito del proceso electoral para integrar la Representación Privada del Comité Técnico del Fideicomiso para la Construcción y Operación de la Central de Abasto (FICEDA), la jornada electoral, que se llevó a cabo del 25 al 27 de septiembre, culminó el 30 de septiembre con la entrega de certificados a los nuevos representantes electos.
Sin embargo, es importante resaltar que, al interior de la CEDA, especialmente en las áreas de Abarrotes, Frutas y Legumbres, han surgido voces críticas que denuncian la imposición de una planilla única, conocida como la planilla amarilla. Este proceso ha sido calificado por algunos como amañado y diseñado para “sangrar” a la CEDA mediante el desvío y mal uso de recursos económicos.
En este contexto, la administración de Marcela Villegas se ha destacado como un baluarte de compromiso y efi-ciencia. Su gestión ha sido reconocida por la presidenta Claudia Sheinbaum y la jefa de Gobierno electa, Clara Brugada, quienes han elogiado su labor al frente de la Central de Abasto. Es crucial recordar que este centro es vital para la economía de la Ciudad de México, manejando un volumen significativo de mercancías y recursos.
La forma en que se gestionan estos procesos no solo impacta a los comerciantes directamente involucrados, sino también a los consumidores que dependen de la eficiencia y transparencia en la operación de este importante mercado. La expectativa de un manejo responsable y transparente de los recursos es fundamental para generar confianza entre todos los actores involucrados.
Marcela Villegas ha trabajado arduamente para fortalecer la Central de Abasto, promoviendo un ambiente de colaboración y respeto entre los comerciantes, lo que es esencial para la prosperidad de este espacio vital.