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Por Juan R. Hernández
Parece que la tónica del PAN para los próximos tres años será la de ser la “Bancada del NO”. No a todo, no a nada, no a lo que sea, sin importar la cuestión. Esta actitud queda clara en el discurso del diputado federal del PAN por la CDMX, Federico Döring y otras figuras del partido blanquiazul, quien ha advertido a la presidenta electa Claudia Sheinbaum que no permitirá que se desmantelen los avances logrados durante los gobiernos panistas del presente siglo.
Afirmar de manera ligera que se vive en un “Estado Autoritario” no hace más que polarizar aún más la situación entre los mexicanos. Este tipo de retórica no contribuye a una discusión constructiva y solo profundiza las divisiones.
El discurso del populismo, que insinúa que los programas sociales son un pecado, no hace sino restar valor a los logros alcanzados en años anteriores.
Parece que al PAN aún no le queda claro que el pasado 2 de junio, los mexicanos dieron su veredicto sobre el presidente y los partidos políticos, mismo que le costaron la derrota en las urnas tanto en la presidencia como en la Ciudad de México. Sería útil que los panistas reflexionaran sobre las fallas en su discurso en lugar de recrudecerlo, lo que solo perjudica a quienes aún creen en sus propuestas.
En cuanto a los eventos patrios, la celebración en la alcaldía de Xochimilco fue notablemente deslucida. La lluvia y la baja asistencia fueron los protagonistas, a pesar de contar con el atractivo concierto de Los Caminantes.
La feria también sufrió una baja afluencia y se reportó una alta presencia de personas en estado de ebriedad, a pesar de la Ley Seca.
Estos eventos muestran una falta de organización y de conexión con los ciudadanos, un reflejo de las dificultades que enfrentará los gobiernos entrantes y salientes en su tarea de recuperar la confianza del electorado.
