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Por Ricardo Sevilla
Listo. Ya no hay vuelta de hoja. Ha sido aprobada, en lo general y en lo particular, la Reforma al Poder Judicial. Esta reforma, que ya ha pasado a las comisiones de Estudios Legislativos y de Puntos Constitucionales del Senado, se presentará al pleno hoy, 10 de septiembre.
Y no se trata, como clama el mentirosos y cicatero Enrique Krauze: de un retroceso. Todo lo contrario: se trata de un cambio estructural sumamente positivo y significativo que buscará democratizar el sistema judicial al permitir la elección popular de más de 1,600 cargos judiciales, incluyendo ministros de la Suprema Corte y magistrados del Tribunal Electoral Federal.
Hasta ahora, la derecha, que miente como respira, ha lanzado cualquier cantidad de calumnias contra la reforma. A los conservadores, ajados y faltos de argumentos, les gustan los mitos y las historias viejas.
Dicen que, de un solo golpe, este gobierno alterará la Constitución y se apoderará del Poder Judicial. Pero esas son gracejadas, tonterías que solo creen los desinformados. Ni es un golpe a la democracia ni se impondrá dictatorialmente ningún cambio.
De hecho, la reforma se implementará en dos fases: en 2025 se elegirán a los ministros y magistrados, y en 2027 se completará el proceso con la elección de la mitad restante de los jueces de distrito y magistrados de circuito. Además, se reducirá la Suprema Corte de Justicia a nueve ministros y se creará un nuevo Órgano de Administración Judicial para reemplazar al Consejo de la Judicatura Federal.
Por su parte, la presidencia de la Suprema Corte se renovará cada dos años de manera rotatoria, y los ministros electos permanecerán en sus cargos entre 8 y 14 años, dependiendo de los votos obtenidos.
Y, aunque los comentócratas de la derecha, hagan berrinche y se tiren al piso, lo cierto es que el cambio en la estructura del Poder Judicial representa una oportunidad de oro para combatir la corrupción y mejorar la eficacia del sistema, prometiendo una justicia más accesible y equitativa para todos los mexicanos y mexicanas.