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Por Eduardo López Betancourt
¿Cómo deben de ser los jueces? Sin duda es una pregunta difícil de responder. En la mayoría de casos, se dirá que deben ser honestos, preparados, imparciales y bondadosos, pero al final, tales virtudes son difíciles de lograr, lo mejor es, ser menos subjetivos e ingresar a lo material y comprobable.
La preparación es un renglón fundamental, los “hombres de la toga” deben estar ampliamente capacitados, en buena medida, en ello estriba que la creación de “escuelas para jueces”, son todo un acierto. En México, hay barruntos de esas instituciones, tal es el caso de las “Escuelas Judiciales”, por las cuales se otorgan cursos de manera sistemática, para lograr que los juzgadores mantengan un buen nivel académico. Es por tanto que, para ser juez, se reclame esta capacitación que puede convertirse en requisito para ocupar la titularidad de un juzgado o tribunal. Así, quien no goce de preparación en escuelas especiales, no puede ser candidato para cargo judicial alguno; además, se reclama experiencia, renglón donde en particular debe tenerse mucho cuidado.
Mantenerse en el ámbito de los juzgados durante un tiempo generoso, garantiza que el juez, agregará la práctica de muchos años a su preparación. La capacitación y la experiencia deben estar unidos para la designación de quienes resolverán asuntos esenciales, donde se busca la imparcialidad.
Otro punto, además de los expresados, es mantener una fama pública a la altura del cargo. Ser juez es una gran responsabilidad y solo debe recaer en aquellas personas que tienen una vida recta, aunada a la honradez. Un juzgador con lineamientos dignos de respeto es una garantía para que su trabajo lo realice con adecuadas decisiones, siempre dando la razón a quien la tiene.
Requisitos para juez: capacitación, experiencia, honradez e intachable fama pública.