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Por Verenice Téllez
Otra muestra de la cómo el Poder Judicial acostumbra a imponerse sobre cualquier otro poder en México, la invasión de funciones ha sido una constante en su actuación frente a la justicia.
Ahora la Suprema Corte de Justicia admitió en días pasados una “controversia” presentada por el Partido Acción Nacional (PAN) a efecto de que sea el Poder Judicial quien analice el tema de asignación de diputaciones y de senadurías por la vía plurinominal en el Congreso.
La acción desesperada de la oposición evidenció su vieja costumbre de recurrir a rebuscadas estrategias para evadir la Ley o torcerla en su beneficio cuando no les es favorable, es el claro ejemplo de cómo es que el Poder Judicial ha actuado en función del capricho de cúpulas de poder político o empresarial.
El PAN se rehúsa aceptar las reglas que ellos mismo hicieron para la distribución de legisladores, en sexenios pasados cuando sus reglas les beneficiaron, jamás se inconformaron, hoy las cosas son diferentes, apelan a criterios nunca ocupados jurídicamente en materia electoral y que no tendría por qué retomar la Suprema Corte de Justicia cuando existe un alto Tribunal Electoral que es quien debe emitir el veredicto al respecto.
Cómo este caso hay un sinfín de trámites que la Corte ha retomado cuando existe alguna presión por parte de la oligarquía, recientemente la Ley de Energía Eléctrica, donde un solo juez paso por encima de los poderes Ejecutivo y Legislativo.
En el caso de la liberación a delincuentes han pasado por encima de los derechos de las víctimas y las acciones de las instituciones encargadas de brindar seguridad y mantener el orden público. Resultando que jueces y magistrados se convirtieron en un poder que va en contra de la justicia, las leyes las han sujetado a sus interpretaciones unilaterales que obedecen estrictamente a sus intereses o a presiones de grupo.