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Por Jorge Gómez Naredo
Temacapulín, Acasico y Palmarejo son poblado de los Altos de Jalisco. Pertenecen al municipio de Cañadas de Obregón. Un día de junio 2005, funcionarios federales visitaron esos tres poblados para informar a la gente que ahí vivía se iba a construir una presa y que se iban a inundar los tres poblados.
Les dijeron a los habitantes que no se preocuparan: que el gobierno les construirá unas viviendas de interés social. Los pobladores no estuvieron de acuerdo: querían seguir viviendo donde siempre habían vivido.
Así inició una lucha heroica de los habitantes de Temacapulín, Acasico y Palmarejo por salvar a sus pueblos. Parecía que todo estaba dicho y que era imposible detener la intención de las autoridades de inundar los tres poblados, pero ellos nunca perdieron la esperanza. Nunca se vencieron.
En febrero de 2009. Andrés Manuel López Obrador fue a Temacapulín y prometió que, si él llegaba a la presidencia, los tres poblados no se inundarían. Muchos pensaron que él no llegaría a la presidencia y que, en el improbable caso de que llegara, no cumpliría su promesa.
AMLO ganó la presidencia en 2018 y no se olvidó de la promesa que había hecho en Temacapulín. La presa se construyó con una menor capacidad, lo cual permitió, por una parte, no inundar a los poblados y, por la otra, poder recolectar agua para la Zona Metropolitana de Guadalajara. Además, se invirtieron recursos para mejorar y embellecer los tres poblados.
Todo esto lo hizo el gobierno de AMLO con diálogo, acuerdos y un enorme respeto a los pobladores de Temacapulín, Acasico y Palmarejo.
El presidente López Obrador salvó a los tres poblados que parecían destinados a la extinción. Así es cómo se gobierna para la gente humilde, y así es cómo se cumplen las promesas. Es indudable que en esta administración se sigue el principio que dice: “por el bien de todos, primero los pobres”.