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Por Eduardo López Betancourt
Diversidad de opiniones se han vertido sobre la problemática jurídica que enfrenta Javier Corral Jurado, ex gobernador de Chihuahua. Se trata de un político histórico que militó en el Partido Acción Nacional (PAN), durante muchos años; también, fue discípulo de Luis Héctor Álvarez Álvarez, uno de los grandes pilares del Partido de derecha.
Corral luchó sistemáticamente contra el priismo chihuahuense, al final, sus esfuerzos dieron resultado y se convirtió en Gobernador.
Después, de pronto abandonó al PAN, algo cotidiano en los políticos mexicanos, “de la noche a la mañana brincan” de la derecha a la izquierda y hasta pueden ser, en cuestión de segundos, “persignados” o comunistas. Así, Javier Corral, ahora se encuentra en las filas de MORENA, donde ya logró ser Senador de la República.
El tema es que Corral trae conflicto con la Gobernadora panista de Chihuahua, María Eugenia Campos Galván y, como es costumbre, le “armó” una denuncia penal con la intención de meterlo a la cárcel, con apoyo de un juez local. De la anterior manera, pretendieron aprehender a Javier Corral en la CDMX y personalmente, el mismo encargado de la Fiscalía Capitalina, Ulises Lara López, saló al rescate del político norteño y evitó se lo llevarán preso.
Es importante reflexionar lo acontecido; por supuesto, se entiende que habrá puntos de vista encontrados, algunos considerarán excesos en el “rescate” y otros, por el contrario, le darán la razón a Lara López, partiendo de la idea que Corral es víctima de una persecución política por parte del gobierno de Maru Campos. Lo que sin duda está en entredicho, es la coexistencia del llamado Fuero Federal y Local, ya que, sistemáticamente se contraponen y evidencian la falta de armonía. Recordemos el sainete que se hizo con la detención del Fiscal de Morelos.
Urgen reformas serias que den concordancia a la justicia y eviten conflicto de leyes y competencias.
