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Todavía resuena en los medios la discusión sobre la carta del “Mayo” y ahora con el video donde se supone fue ultimado Melesio Cuén, el golpeteo hacia el gobernador Rocha Moya está encaminado precisamente a ensuciar la figura presidencial y sobre todo a la 4T y su continuidad; volvieron los hashtags de “narco presidente” y la discusión se centra ahora en el punto más débil, la presencia de José Rosario Heras, comandante de la policía judicial y , según la carta, escolta del Mayo.
Tanto el presidente López Obrador como el gobernador Rocha declararon que desconocían este hecho y mucho del golpeteo se está centrando ahora en ese dato, sin embargo, los que señalan “complicidad” se han reunido con miembros del crimen organizado, esto es abierto y público, aunque nadie en la región lo declararía de frente, sería bueno que ya que la fiscalía ha atraído el caso, abriera la caja de pandora y preguntara a los empresarios de la región (y de otras cercanas) acerca de los negocios en conjunto, las empresas que han crecido exitosamente en muy poco tiempo y los “donativos” hechos a empresas, prensa estatal, empacadoras, radiodifusoras y otras más.
La colusión del narcotráfico, la infiltración de este no se centra en un elemento corrupto, sino en una industria que maneja millones (para unos cuantos) y que es una cadena en la que participan abogados, ministerios públicos, jueces de control y hasta la suprema corte y que está a su vez, ligada con las grandes fortunas en Estados Unidos y China.
La corrupción del narcotráfico no es nueva ni de este sexenio pero es, junto con la venta de armas, el negocio más jugoso que tiene Estados Unidos que con el dedo de una mano nos señala mientras que con la otra limpia el camino al dinero para que siga llegando a Wall Street.
Los valores y el bienestar son las mejores armas que los mexicanos tenemos para evitar que nuestros jóvenes sigan siendo carne de cañón. Mientras tanto 546 armas cruzan ilegalmente de Estados Unidos a México todos los días favoreciendo a los grupos del crimen organizado sin que los norteamericanos se inmuten ya que su cartera sigue engordando.
El esfuerzo tendría que darse de ambos gobiernos, pero no sucederá ya que, para Estados Unidos, hipócritamente, le importa más la bolsa de valores que la vida de su propia gente.
Ana María Vázquez
Escritora/dramaturga
@Anamariavazquez