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Arreando al Elefante | Periodismo carroñero

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Sucedió en la mañanera de ayer, la representante de Proceso citó el reportaje de su revista acerca de los terrenos que supuestamente adquirió la familia Bartlett a raíz de la construcción del Tren Maya… y el sesgo está ahí, justamente en el Tren Maya, evidentemente hay que investigar el asunto, evidentemente debe cuidarse la pulcritud de los funcionarios y sus familias, sin embargo, la periodista Dalila Escobar fue expuesta al mencionar que también el periódico El Universal daba la misma nota, haciendo hincapié en el Tren Maya y no en el funcionario. En el mismo periódico, también una nota de Loret daba cuenta de que Dos Bocas era una fábrica de ricos… ¡Vaya!, y lo escribe nada menos que el que más se enriqueció en los sexenios anteriores. El punto es no darle el crédito a una refinería, un tren ni nada de lo conseguido en este sexenio sino manchar el proceso.

La prensa del “porque lo digo yo” “mis fuentes anónimas” y “”mi oreja de palacio” debiera estar proscrita, lo que antes eran denuncias valientes de periodismo de investigación que arriesgaba el pellejo al denunciar públicamente, se ha convertido en el juego mediático del golpeteo, de la carroña, del denuesto; aparte de la nota roja para vender, está ésta otra nota “morada” que pretende dejar un cardenal en el ojo público, como si de un puñetazo se tratara.

La ley de medios existente preveía esos golpes bajos pero no se ha aplicado en este sexenio, bueno sería que para el siguiente se acotara ese libertinaje que tanto daña al pueblo y se obligara al medio correspondiente al menos a presentar pruebas de sus dichos, tal como éticamente lo hace CONTRALINEA.

Y finalmente, suponiendo sin conceder que lo que indican los medios antes mencionados fuera cierto, ¿no deberían estar obligados a hacer su denuncia formal ante autoridades que (todavía) les son afines? ¿por qué entonces no lo hacen?

La acusación en un medio debería estar sujeta a la denuncia ante el ministerio público; no hay que olvidar que, según la ley, enterarse de un hecho probablemente delictivo y no denunciarlo se considera un acto de complicidad. ¿Qué le falta a Proceso, Reforma, El Universal, Latinus , Anabel y otros para denunciar?, ¿será que sus dichos son solamente fantasías?

Ana María Vázquez

Escritora/Dramaturga

@Anamariavazquez

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