85 lecturas
Por Eduardo López Betancourt
Una gran cantidad de naciones han mostrado su preocupación por el conflicto electoral en Venezuela. Al final, entendemos que la problemática solo corresponde a ese país, pero hay situaciones que alarman, como el que un 20% de venezolanos han tenido que dejar su tierra por diversidad de motivos, pero en especial, por el gobierno al que consideran ilegítimo, presidido por Maduro, quien muestra total desinterés por la democracia, inclusive ha llegado al extremo de amenazar al que fuera candidato presidencial, Edmundo González y a su principal promotora, María Corina Machado, quien originalmente se consideró la adecuada para la competencia, pero fue descalificada por los organismos electorales “amañados”, al servicio del propio Maduro.
Otra cosa que resulta inaceptable, es que, la Organización de Estados de América, lejos de ser mediadora, se ha convertido en parte del conflicto, algo inaceptable. Este organismo dejó de tener representación seria de los países de América al mostrar su inclinación para favorecer a los Estados Unidos. Muestra indiscutible fue su repudio a la Revolución Cubana.
Los Estados de América reclaman una representación digna, imparcial y constructiva, misma que cuando se logre, será debidamente escuchada y buscará que la concordia, la paz y los buenos arreglos imperen en favor de todo el continente.
Volviendo al tema de Venezuela, cada vez hay más muestras indiscutibles de que Maduro, contra la voluntad popular, desea mantenerse indefinidamente en el poder, situación que solo habrá de provocar una patética conflictiva con daños irreversibles.
Venezuela merece un gobierno democrático, ajeno a posturas tiránicas y mucho más, a que provoquen el éxodo de los venezolanos.