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POR EDUARDO LÓPEZ BETANCOURT
En México los políticos se enriquecen “de la noche a la mañana”. Bien quedó grabada la frase del profesor Carlos Hank González, quien dijo “un político pobre es un pobre político” y en efecto, el famoso “Alito”, egresado de una Escuela Normal Rural, se convirtió en todo un magnate gracias a la diversidad de cargos públicos que ocupó y que ahora pretende eternizarse como líder del PRI, además, institucionalizó la expoliación para quien ocupa una responsabilidad en los ámbitos gubernamentales.
En nuestro País, es imposible encontrar un político que se maneje con honestidad, la inmensa mayoría hasta en los mínimos detalles hace ostentación de su poder económico y claro, se justifican de mil maneras, algunas ridículas, como la de que recibieron una herencia o bien, que se sacaron la lotería. Lo cierto es que, la impunidad contra los pícaros funcionarios y servidores públicos, es una amarga realidad.
Dentro de este renglón tan deleznable, hay veces en que el alarde no tiene límites y es el caso del famoso “Alito”, personaje de modesta cultura, sin más talento que el de mantener cercanía con personajes de cierta relevancia, lo que le provocó beneficios evidentes y así, llegó a ser Gobernador de Campeche, un Estado con grandes limitaciones, pero que para nada le impidieron a “Alito” amasar una fortuna considerable y para muestra, basta un botón.
Una residencia con un costo ofensivo, de la que un importante rotativo nacional ha dado a conocer algunas características y excesos, como el tener una cantina con la barra montada sobre un Cadillac y un billar sobre la réplica de un Ford Mustang 1965; de igual manera, es coleccionista de obras alto valor de distintos artistas, entre ellos del oaxaqueño Eduardo Andriacci y su hermano, el escultor Fernando Andriacci, también un emblemático “Timoteo” de Rodrigo de la Sierra, entre otras más; pero, todo ello es poca cosa frente a los automóviles de lujo que adquiere el famoso líder priista, tales como Lamborghini y McLaren. Políticos de la calaña de “Alito” producen repugnancia.