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La muerte de Milton Morales dejó un hueco irremplazable en la Secretaría de Seguridad Ciudadana.
La pregunta que muchos nos hemos hecho es si esto es un llamado para el futuro secretario de la Seguridad nacional en México, Omar García Harfuch.
Milton era una de las piezas clave en el nuevo equipo del senador electo, su perfil bajo siempre fue su eje de vida.
Pocos eran quienes sabían de su existencia, pocos sabían de su labor y su cercanía con Omar, uno de los hombres más importantes en el país y uno de los más influyentes.
Lo que sí es cierto es que muchos de los resultados en materia de seguridad que presentó a lo largo de su administración, Claudia Sheinbaum, eran gracias al desempeño de Morales, ese que operaba detrás de cámaras, ahí, en las sombras.
Lo que más le ayudó fue su discreción, su secrecía lo hizo triunfar en una de las dependencias más complicadas en la CDMX, y hoy está muerto.
Clara Brugada enfrenta un gran reto, debe ponerse bien de acuerdo con Pablo Vázquez acerca del futuro de la seguridad capitalina. Debe elegir elementos tan buenos como Morales, pero debe cuidarlos más para que no suceda lo mismo.
El día que fue asesinado dejó en casa sus aspiraciones y sueños, terminó tirado en el piso de Coacalco, Estado de México. Murió al instante.
Morales orquestó y lideró grandes investigaciones en las que las indagatorias permitieron desarticular bandas de narcomenudeo y narcotráfico en el país.
Además, intervino en casos de mucha mediáticos, como el intento de asesinato al periodista Ciro Gómez Leyva, el feminicidio de la joven Ariadna Fernanda López o el robo a la casa del cantante Miguel Bosé.