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Por Juan R. Hernández
Uno de los escenarios más importantes de la vida política de la Ciudad de México es el Congreso capitalino. Luego de conocerse el resultado de las elecciones del pasado 2 de junio, y a pesar de que está pendiente la asignación definitiva de las diputaciones de representación proporcional, se empiezan a mencionar nombres de figuras que podrían encabezar el Grupo Parlamentario de Morena.
Suenan nombres de legisladores electos que, en realidad, no tienen la mínima posibilidad de ser considerados para el encargo, debido a que no cuentan con la experiencia ni los conocimientos necesarios para ello.
El perfil natural para liderar la bancada guinda es la actual diputada Martha Ávila, quien participó en el proceso electoral en busca de su reelección por el Distrito 28, y que finalmente ganó. El problema con ella es que desde 2020 encabeza al grupo mayoritario y eso conlleva un desgaste natural. Dicen por ahí que “juego nuevo, baraja nueva”.
Diputadas con experiencia, como Valentina Batres y Elizabeth Mateos, deben esperar a que se determine si proceden o no las impugnaciones a las listas de representación proporcional. O sea, si quedan, no habrán llegado por ganar la elección y es tiempo de que quien sea líder de los morenistas en el Congreso de la CDMX, haya hecho campaña.
Por ello, resalta el nombre de Pablo Trejo, quien regresa como diputado al recinto de Donceles. Hay que recordar que fue Contralor y Tesorero de la CDMX durante 9 años. Además, conoce el teje y maneje a todos los niveles del Congreso local y también garantizaría una buena relación política con la oposición.
Por si fuera poco, Pablo tiene muy claro que entre las muchas cosas que se deben hacer, está armonizar 176 leyes secundarias con la Constitución, para el cumplimiento de las normas de manera ágil y eficiente. Aunado a lo anterior, hay que recordar que Clara Brugada, que será la próxima Jefa de Gobierno capitalino, ve con muy buenos ojos a Trejo y reconoce su trayectoria.
