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Juan R. Hernández
“No me ayudes, compadre” es un sabio dicho popular que bien se le puede aplicar a Santiago Taboada, candidato de la alianza PAN-PRI-PRD a la jefatura de Gobierno de la CDMX. Y es que sus propios aliados le han sugerido que cuide sus amistades y que no se reúna con ellas en plena campaña electoral, cuando son gente de muuuy dudosa calidad moral.
Si de por sí a las administraciones panistas en la Benito Juárez, de las que él mismo procede, las identifican con el Cártel inmobiliario, pues resulta que al haberse reunido recientemente con el llamado “Sindicato Libertad”, se hizo un auténtico “harakiri” para él y equipo. ¿Acaso de plano le faltan asesores o es tanta la desesperación ante la caída de su supuesto “empate técnico”?
Lo curioso del asunto es que nadie le explicó al panista que dicho sindicato es identificado por ser una mafia y un verdadero extorsionador. Si a sabiendas de esto, Taboada se reunió con la desprestigiada organización, cuando además ha sido señalado de corrupción inmobiliaria, pues entonces todavía peooor. Ni cómo ayudarlo.
Ya entrados en materia, por ahí que alguien le hable al funcionario que coordina a los policías que vigilan las inmediaciones del Palacio de Bellas Artes, la Alameda Central y el Monumento a la Revolución. Resulta que hay varias quejas de fotógrafos que les han intentado cobrar a las quinceañeras, por tomarse imágenes en esos sitios. Lo curioso es que dicho problema también ocurre con turistas extranjeros que tuvieron la idea, al igual que las jovencitas cumpleañeras, de tomarse una foto especial en algunos de estos emblemáticos lugares. No está bien eso, sobre todo a sabiendas que son espacios públicos.
También es necesario que vigilen a los grupos de boleros y estafadores que se mueven principalmente en la Alameda, pues están al acecho del turismo nacional e internacional, y dejan una mala imagen de la Ciudad de México.