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Por Ricardo Sevilla
Ricardo Salinas Pliego, esgrimiendo un pretexto de pacotilla, llamó a uno de sus empleados más leales, Javier Alatorre, para ordenarle que le hiciera una entrevista a modo.
Alatorre, quien no tiene una amplia trayectoria en el periodismo, pero sí en la adulación, acató la orden y corrió a “entrevistar” a su jefe.
En la dichosa conversación, Salinas Pliego, que es un personaje zafio, arrogante y soberbio, se dio el lujo de despotricar cuanto quiso contra el presidente López Obrador.
El dueño de TV Azteca lleva tiempo lanzando sus invectivas contra AMLO.
Salinas, con ese tono hipócrita y socarrón que lo caracteriza, dijo a su empleado que desaprueba muchas de las ideas y acciones de López Obrador y aseguró, sin pruebas, que el primer mandatario está trazado un rumbo equivocado para el país.
No conforme con lanzar sus denostaciones, como petardos que se ceban, Salinas Pliego aseguró que el Presidente es un factor de división constante.
Pero Salinas Pliego no sólo es un cínico y un arrogante. También es un mentiroso y un embustero. Y lo es porque si hablamos tomando a la verdad por los cabellos, el jefe de Sergio Sarmiento ha sido uno de los grandes corruptores de este país. Él y los títeres a los que ha empleado para tomar un micrófono y mentirle a la gente.
A los “analistas” como Krauze, Aguilar Camín, Martín Moreno y demás intelectuales de opereta les indigna que no haya un presidente que trabaje para el empresariado. Pero eso tiene una razón: a los intelectualoides y periodistas chayoteros les molesta que haya un pueblo que piense y que alce la voz ante las injusticias.
En la derecha quisieran tener a un pueblo sumiso, callado y relegado. Y López Obrador, en gran medida, representa las esperanzas de un pueblo que históricamente ha sido reiteradamente ignorado por las élites políticas y económicas.
Y es que este gobierno, aunque Salinas Pliego diga lo contrario, se ha opuesto a la concentración de poder de las élites políticas y económicas, unas élites que, por cierto, no se resignarán a perder sus privilegios. ¿Por qué luchan los neoliberales como Salinas Pliego? Por nada. No tienen causas ni ideales. Sólo los anima el dinero.