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RICARDO SEVILLA
Lenia Batres arribó a la Suprema Corte de Justicia de la Nación lanzando críticas puntillosas y reveladoras. Y no se equivoca, porque el Poder Judicial ha incurrido en excesos, despilfarros y extralimitaciones.
La Corte, hay que decirlo, ha sido un lugar donde los ministros no actúan con autonomía. Sólo los olvidadizos podrían pasar por alto los excesos de personajes como Eduardo Medina Mora o Góngora Pimentel, siempre serviles a la cúpula del poder.
Desafortunadamente, los excesos en el Poder Judicial, que hecho gala de nepotismo, lujos y tráfico de influencias lo ha puesto en el ojo del huracán.
Actualmente, los ministros y ministras de la Suprema Corte tienen un sueldo que sobrepasa los 550 mil pesos netos al mes. Y eso es ofensivo.
Eso, por un lado.
Por otra parte, Lenia defenderá al pueblo de México. Y eso es lo que parece incomodar a Norma Piña, quien se vio molesta cuando colocó la toga a la ministra Batres.
El rostro, entre compungido y molesto de Norma Piña, cuando Lenia dijo que la Corte se enfoca en resolver temas con fuertes implicaciones políticas y deja de lado el activismo judicial, fue revelador.
Sin embargo, el pueblo está harto de ver cómo se despachan con la cuchara grande en la Suprema Corte de Justicia.
Porque no sólo son los altísimos sueldos de los ministros lo que ha causado revuelo e indignación. También han sido los gastos que cargan al erario y el estilo de vida lleno de lujos de sus integrantes.
Esa clase de prerrogativa indignan a los mexicanos y mexicanas, quienes vemos con indignación son innumerables y descarados despilfarros.
Todo mundo sabe que tiene seguro médico particular, camionetas blindadas, automóviles último modelo, guardaespaldas, viajes en helicópteros o aviones privados, y hasta con comidas y vinos caros que son pagados con dinero del pueblo.
Y, justo por eso, se necesitan ministros (y ministras) que velen por el pueblo.
Y eso, desde hace tiempo, lo sabe Yasmín Esquivel, quien, hasta hace unos días, había trabajado de manera solitaria. Afortunadamente, con la llegada de Lenia a la Suprema Corte, la dupla Esquivel-Batres será un auténtico contrapeso en el Poder Judicial.
