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JORGE GÓMEZ NAREDO
@jgnaredo
La ventaja de Claudia Sheinbaum respecto a Xóchitl Gálvez y Samuel García es muy amplia, mucho más que la que tuvo AMLO en 2018. Es un hecho que será la próxima presidenta de México. Aquí cuatro puntos del por qué.
La aprobación de AMLO. En 2018, EPN fue un lastre para el PRI. Se le ubicaba como corrupto, y su aprobación era menor al 40%. Ahora AMLO tiene 75% de aprobación: es un gran activo para Morena y para Claudia Sheinbaum.
Y es que en estos cinco años quedó claro que Morena sabe gobernar, cumple sus promesas de campaña y piensa en el bienestar del pueblo.
La ventaja es abrumadora. AMLO, a finales de 2017, se perfilaba como el favorito, pero su ventaja respecto a José Antonio Meade y a Ricardo Anaya jamás fue tan amplia como la que hoy tiene Claudia Sheinbaum.
En noviembre de 2017, Consulta Mitofsky le daba a AMLO un 30.2% en la intención de voto; a Anaya, 20.5% y a Meade 19.8%. Mas Data: AMLO 22.1%; Anaya, 14.7; Meade, 11.3. Parametría: 31% a AMLO, 20% a Meade y 19% a Anaya. Es decir, había una distancia de entre 10 y 15 puntos. Pero no sólo eso, si se unían Meade y Anaya, ambos superaban a AMLO.
Hoy Claudia Sheinbaum tiene una ventaja que no baja e 30% de diferencia con sus competidores, y unidos esos precandidatos de la oposición no la alcanzan. Siempre Claudia suele aparecer arriba del 50%,
Así pues, la ventaja que tenía AMLO era grande, pero nunca tanto como la que tiene hoy Claudia.
Xóchitl y Samuel son malos candidatos. Aunque se afirma que Samuel viene a “refrescar” la política, en realidad es mal candidato. No tanto como Xóchitl, eso sí. Ambos carecen de las capacidades de Claudia, y van de escándalo en escándalo.
No tiene proyecto. Ni el PRIAN ni MC tienen proyecto de nación, y Morena lo tiene y está en operación.
Así pues, la batalla en 2024 no está en la Presidencia de la República, sino en el Congreso. Y hay muchas posibilidades de que Morena y sus aliados se hagan con ese triunfo. La coyuntura es óptima para eso, pero no hay que confiarse.
