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SALVADOR GUERRERO CHIPRÉS.
Es una fotografía y es una realidad. Clara Brugada Molina y Omar García Harfuch son representativos de un proceso inédito en un partido político gobernante: encuestas, acciones afirmativas de género, ponderación política y pese a todas las expectativas de la derecha… convergen en torno al proyecto encabezado por Morena.
El contraste es también muy significativo: la oposición sin encuestas en lo nacional y en lo local. Ponderación política inexistente. Se hallan en una lucha intestina respecto de la cual prefieren guardar silencio quienes en otro momento presumían una supuesta unidad pegada con alfileres oxidados de una pared cayéndose a pedazos.
Y no se ha oído toda la información respecto a lo anunciado por algunas de las figuras reclamantes de procesos de “crimen” y “corrupción” de la oposición al presidente Andrés Manuel López Obrador.
En redes sociales, los materiales subidos, por ejemplo, por el Jefe de Gobierno, Martí Batres, también son imagen y son realidad: los antes cercanos a una precandidata o precandidato regresan a trabajar juntos con una disposición comprensiva de la trascendencia del proyecto del cual forman parte.
El desafío del Frente opositor es, en contraste, ser, parecer y aparecer como una alternativa seria a la predominancia del partido en el gobierno. Y tal vez generen la foto del abrazo entre el precandidato panista y de aquel que ni siquiera dejaron competir. O no.
Por lo pronto, en el arranque de la precampaña de Brugada, Omar asistió, dando una clase de civilidad política para ilustración de los opositores y, eventualmente, para lección de algunos aún distantes de la comprensión del momento unitario de Morena encabezado por Claudia Sheinbaum Pardo y por el Presidente López Obrador.
Nunca es tarde, en ningún color.
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