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SEBASTIÁN RAMÍREZ
Hace unos días la candidata del conservadurismo, Xóchitl Gálvez, anunció que integrará a su equipo de trabajo a Margarita Zavala, esposa y principal aliada del responsable de la simulada “Guerra contra el Narcotráfico”, una de las etapas más perversas y violentas para México, Felipe Calderón Hinojosa.
En más de una ocasión la señora Gálvez ha expresado públicamente su respaldo a las decisiones del expresidente espurio en materia de seguridad a pesar de todas las vidas que cobró y después llamó “daños colaterales”. Incluso durante el juicio en Estados Unidos contra el policía estrella del calderonismo, Genaro García Luna, por narcotráfico, Xóchitl Gálvez afirmaba que las acusaciones en su contra eran “cuentos chinos”.
Lo anterior resulta un insulto para las miles de víctimas de Felipe Calderón, y que la aspirante panista a la Presidencia de la República pretenda rescatar personajes clave de ese régimen sanguinario es altamente preocupante. Hoy sabemos, en gran medida gracias al mencionado proceso legal en Nueva York, que el calderonismo declaró la guerra al narcotráfico con dos propósitos: 1) legitimarse en la Presidencia tras el fraude electoral del 2006; y 2) favorecer a un grupo delictivo frente a sus adversarios.
Finalmente y a propósito de la reciente renuncia del Ministro Arturo Zaldívar, no podemos olvidar su denuncia de la operación de Estado que se orquestó para encubrir a los responsables por el incendio en la Guardería ABC en Hermosillo, Sonora, principalmente a la sobrina de los Calderón Zavala y diputada del PAN, Mariana Gómez del Campo, cuya familia directa era dueña de la Guardería y quedó absuelta por la muerte de 49 bebés.
Si bien la cercanía de Xóchitl Gálvez con los Calderón Zavala es indignante, en lo absoluto sorprende. La retrata de cuerpo entero.
