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La muerte de un filósofo // Arreando al Elefante

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RICARDO SEVILLA

Ayer, el presidente López Obrador lamentó la muerte del filósofo Enrique Dussel.
Y es que, la noche de ayer, 5 de noviembre, se dio a conocer que Enrique Domingo Dussel Ambrosini había muerto.

Y, sin duda, la muerte de este destacado filósofo, historiador y teólogo argentino naturalizado mexicano, dejará un enorme vacío intelectual en la izquierda que, en realidad, tiene pocos intelectuales de su talante.

Cabe destacar, para aquellos que no conozcan la obra y vida de Dussel, que durante la dictadura argentina, comenzó a sufrir acusaciones de ser marxista e incluso, por ello, fue amenazado de muerte en más de una ocasión. De hecho, en 1973 Dussel sufrió un atentado con bomba en su casa. Dos años después, en 1975, la persecución era tan persistente y radical que Dussel decidió exiliarse en México. Aquí, en nuestro país, trabajó como profesor en el Departamento de Filosofía de la UAM y en la UNAM, muchos años antes de que estuviera derechizada.

¿Dussel era marxista? ¡Por supuesto! De hecho, la gran fuente de inspiración para que Dussel escribiera su filosofía política fue Karl Marx. No es gratuito que la dicotomía centro/periferia que trazó el Dussel está notoriamente influida por la dicotomía burguesía/proletariado trazada por Marx.

Y, yendo un poco más allá, es importante destacar que Dussel pensaba que la violencia sufrida en los países de la periferia era resultado de las violencias económica y colonial ejercidas por parte de los países del centro. Y aquí, Dussel avanzó incluso mucho más que el propio Marx, puesto que el filósofo alemán apenas dijo un par de frases sobre las relaciones de explotación colonial.

Otra de las grandes aportaciones de Dussel fue que entró a fondo en la filosofía política y, desde ahí, observó (y criticó) que la filosofía moderna hubiera reducido la participación política de la comunidad a un solo momento: el de la elección del representante.

Y es que para Dussel era necesario ir más allá del modelo de la dimensión representativa y completarla con lo que denominó ‘democracia participativa fiscalizadora’.

Difícilmente veremos en los próximos años a un personaje tan bien dotado intelectualmente. Yo debo confesar que me adentré en el estudio de personajes como como Karl-Otto Apel, Jürgen Habermas, Emmanuel Lévinas y Paul Ricoeur gracias al eminentísimo Enrique Dussel.

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