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SALVADOR GUERRERO CHIPRÉS.
Una nueva república morenista. Aquí las combinaciones y resultados tenderán a ser agridulces y tan amables como decidan las y los actores.
En la capital, Clara Brugada Molina alcanzó. Omar García Harfuch no se desplomó. Del empate técnico revelado la semana pasada pasaremos a la sabiduría política; a la política pura y simple.
Al apoderarse de la escena de lo público mientras la oposición no encuentra ni el método, ni el género ni el centro de decisión, en Morena parecen dispuestos no solamente a aprovechar la oportunidad. Pueden construir colectivamente legitimidad de la decisión y la victoria con el movimiento encarnado.
Resolviendo la CDMX se envía un mensaje nacional: movimiento e identidad. Victoria en sectores populares y medios en acompañamiento de la base popular del presidente Andrés Manuel López Obrador y del partido líder del cambio de régimen.
Decisiones rápidas: esta es una semana de veda, nuevas consultas, recuperación de la serena sensibilidad luego de aprovechar las observaciones iniciales. Si manda el pueblo, entonces la tautología nos responde con su eco: el pueblo y el movimiento nos comanda. La voluntad de las voluntades actuantes y votantes.
Quienes ganarán no se quedarán con todo y quienes perderán no quedarán sin nada. Todos formarán parte del proyecto encabezado unitaria, asertiva y contundentemente por Claudia Sheinbaum Pardo, una precandidata presidencial insuperable por el chantaje según el cual no ser flexible es ser débil. En contraste, el privilegio de acompañar lo mejor del movimiento. Desde esta capital gobernada por Martí Batres.
La atención está en el espacio de equilibrio de AMLO, el liderazgo de Morena, la opinión de la detentadora del bastón y lideresa del proyecto de nación de izquierda que hoy tiene aprobación mayoritaria, la Doctora Sheinbaum, la voz del INE y las encuestas. Semana decisiva.