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SALVADOR GUERRERO CHIPRÉS.
Existen quienes defienden esforzadamente causas y formas de nobleza más destacadas conforme se enfrentan a más desafíos. En la cultura medieval europea esa identidad era representada por los paladines, personas dispuestas a riesgos en premura y sin ella.
Ante casi 40 mil personas, Francisco Chíguil fue presentado como coordinador de los esfuerzos político-territoriales de Clara Brugada. Anunció su petición de licencia al Consejo Estatal de Morena y al Congreso de la capital nacional con el objetivo de apoyar enteramente a una de las tres mujeres más identificadas con el Obradorismo a nivel nacional.
Así, Chíguil se convirtió en paladín de Brugada, de las alcaldías que generaron en 2021 uno de cada dos votos para Morena.
En agosto de este año, Iztapalapa se ubicó en el sitio 10 y Gustavo A. Madero en el 9, entre las 16 alcaldías con mayor tasa de delitos de alto impacto por cada 100 mil habitantes. En comparación con el periodo enero-agosto de 2019, registraron baja del delito de 59% y 56%, respectivamente.
Brugada y Chíguil, quienes las gobernaron, suman experiencia exitosa en sus comunidades, así como coordinación con autoridades federales y locales.
Claudia Sheinbaum como Jefa de Gobierno de la CDMX en visita a la zona de Cuautepec, destacó el trabajo “de nuestro gran compañero” al referirse en estos años al ahora acompañante del equipo de Brugada.
En Cuauhtémoc, todavía controlada por la oposición, Brugada continuó su ascenso en cercanías digitales y en territorio con un mensaje tan central diferenciador como la propia alcaldía: “estoy preparada para el debate, ganar en la organización, en la información y la generación de conciencia”. Ahí mismo, el senador César Cravioto, quien sustituyó a Martí Batres cuando éste asumió responsabilidades en el gobierno de la CDMX, fue nombrado vocero de Brugada.
