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Salvador Guerrero Chiprés
Miles de personas en el Monumento a la Revolución y en las 32 entidades recorridas por la candidatura más avanzada dentro de Morena, y en el comparativo con la oposición, revelan parte del significado de un torrente de eventos y mítines por detonarse.
La mayoría inicia a partir del 6 de septiembre.
Está a la mano: 1) la probabilidad de mantener como misión prioritaria el combate a la desigualdad; 2) el énfasis en el proyecto de continuidad de Morena como partido en control del gobierno, de las consiguientes garantías de disciplina macroeconómica y de apuesta por reducción de la pobreza —lo cual es reconocido por analistas expertos independientes dentro y fuera del Estado—, así como 3) la decena de precisiones de aquello que ha comenzado a dibujarse como un proyecto de gobierno en el 2024-2030, son vertebrales en la etapa a iniciarse la siguiente semana.
Ning una encuesta prestigiada niega que Claudia Sheinbaum ganará la candidatura de Morena o pueda acceder a la Presidencia de la República. De ahí la propia expresión de la precandidata. “Hasta los opositores lo saben”. La dominical de Reforma va en la misma dirección.
El diario español El País publicó lo mismo. No se registraron cambios a unos días de la última etapa del proceso y las preferencias predominan en favor de Sheinbaum. ¿Cambiarán en una semana?
Donde algunos opositores internos o externos ven acarreo, hay evidencia de conquista de un modo de acercamiento con potencial no solamente para ganar sino para recuperar espacios perdidos en el 2021. Sheinbaum es abrazada y abordada por colectivos que la entretienen entre 40 minutos y una hora antes y después del cierre de sus asambleas informativas en la CDMX y Veracruz.
Hay certeza. La pregunta es cómo evitar la conformidad y la desunión en favor del propio movimiento encabezado por Andrés Manuel López Obrador, quien invitó a los que no sean favorecidos a no entristecerse. Que vean su ejemplo, les exhortó.
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