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Profesoras con décadas de trayectoria coincidieron que existen otras problemáticas sociales que afectan más que los propios libros
ADÁN VELASCO
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CIUDAD DE MÉXICO.- Mucho se ha dicho a favor y en contra de los nuevos libros de texto gratuitos de la Secretaría de Educación Pública (SEP). Sin embargo, varias opiniones adversas las han expresado personas que no tienen el conocimiento académico adecuado.
Ante esta situación, Diario BASTA! se dio a la tarea de recabar las impresiones de profesoras que llevan varios años en las aulas.
Para Alicia Concha, con más de 35 años como docente, aunque los nuevos libros sí pueden ayudar a los alumnos en su instrucción académica, el contenido presenta deficiencias generales.
“Tienen muchos puntos desfavorables, ya que no se abordan temas esenciales en la educación básica que, como dice el nombre, es la base de los conocimientos. Una vez que éstos cuentan con deficiencias, es muy probable que se abandonen los estudios al carecer de una preparación adecuada”, detalló.
Por su parte, la profesora Isela Méndez, con carrera en la pedagogía por más de 10 años, apuntó que aún están en la elaboración de una planeación que les permita implementar un adecuado mecanismo de enseñanza-aprendizaje.
“Veo que contiene puntos favorables, como el conocimiento de la cultura de la diversidad, de las tradiciones, de reconocer las raíces del país donde vivimos. Hay una investigación en los contenidos, los cuales son novedosos, algo que evidentemente genera una renovación en los docentes”, refirió.
Mientras que María de la Luz Arredondo, con una trayectoria magisterial de 26 años, aseveró que los libros de texto de la SEP se basan en el anterior plan de estudios de la dependencia.
“Vemos que su estructura sigue en proceso, pero ya con los ejes articuladores que lo comprenden. Los libros de la SEP han sido útiles, pero no indispensables. No obstante, no dejamos de complementar con bibliografía”.
Las tres profesoras coincidieron en otras problemáticas que afectan más que los propios libros: el desinterés de los estudiantes, así como de los padres y madres de familia por el aprendizaje.
A ello se suma el déficit para aprender temas matemáticos o lectores; las malas condiciones en que el alumnado toma clases, y la violencia que se padece dentro y fuera de los planteles.
Señalaron que estos problemas son una constante que deben enfrentar, y concluyeron que si bien los libros son un apoyo, no son imprescindibles para la preparación de los alumnos.
