35 lecturas
Antonio Attolini Murra
Conducir un movimiento social tan grande como Morena es un reto enorme que conlleva, principalmente, la gestión de contradicciones. Heterogéneo en su composición, resulta obvio suponer qué hay muchos intereses y formas de entender la política. Su variación es de estilo, forma e intensidad. La política nos atraviesa a todos por igual y somos, como diría Heidegger, más historia que libertad. Esa condición, por lo tanto, requiere de mucha creatividad, compromiso y entrega. Creatividad para poder construir escenarios en donde todos y todas nos sintamos interpelados por igual, a pesar de nuestras diferencias. Compromiso porque no será una ni dos las veces que fracasemos en el intento y debamos volver a empezar o tengamos que ajustar en la movida para poder alcanzar nuestros objetivos. Entrega porque vamos a tener que privilegiar siempre el proyecto por encima de los intereses personales.
Creatividad, compromiso y entrega es lo que ha demostrado Claudia Sheinbuam durante este proceso, el cual ha liderado desde antes de que iniciara y a casi dos meses de haber empezado. No ha caído en provocaciones, ha sido abierta y receptiva a los liderazgos que en todo el país han decidido sumarse con ella y ha marcado los límites de lo posible al dar cuenta de que a quienes hoy tenemos como adversarios, el día de mañana volverán a ser nuestros compañeros. No creo, como sé que ella tampoco cree, en la purga interna ni en la política inquisitorial que busca imponer y perseguir y no construir y ampliar. No sobra nadie. Tampoco avizoro, como ella lo ha dicho también, la fractura interna y la división. En Morena estamos viviendo un proceso inédito en donde por primera vez en nuestra historia estamos eligiendo a un nuevo coordinador político distinto a Andrés Manuel López Obrador. Vamos a salir bien y de buenas, fortalecidos después de haber experimentado la contienda interna.
Creatividad, compromiso y entrega es lo que ha demostrado Claudia Sheinbuam durante este proceso, el cual ha liderado desde antes de que iniciara y a casi dos meses de haber empezado. No ha caído en provocaciones, ha sido abierta y receptiva a los liderazgos que en todo el país han decidido sumarse con ella y ha marcado los límites de lo posible al dar cuenta de que a quienes hoy tenemos como adversarios, el día de mañana volverán a ser nuestros compañeros. No creo, como sé que ella tampoco cree, en la purga interna ni en la política inquisitorial que busca imponer y perseguir y no construir y ampliar. No sobra nadie. Tampoco avizoro, como ella lo ha dicho también, la fractura interna y la división. En Morena estamos viviendo un proceso inédito en donde por primera vez en nuestra historia estamos eligiendo a un nuevo coordinador político distinto a Andrés Manuel López Obrador. Vamos a salir bien y de buenas, fortalecidos después de haber experimentado la contienda interna.
Te puede interesar: Echados en la Hamaca | Sin ideas: la diferencia entre ellos y nosotros.