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Antonio Attolini Murra
El modelo de la Nueva Escuela Mexicana es la culminación de un largo proceso de discusión y análisis de cómo adaptar el conocimiento a los nuevos tiempos que vivimos.
En política no hay sorpresas, hay sorprendidos. Quienes hoy ponen el grito en el cielo a partir de los nuevos libros de texto gratuito son hombres y mujeres que lucran con la mentira y hacen gala de su ignorancia. Desconocen por completo el proceso de reforma al artículo tercero constitucional (decreto publicado en el Diario Oficial de la Federación (DOF) el 15 de mayo de 2019 en donde se reformaron, adicionaron y derogaron los artículos 3, 31 y 73 de la constitución. Desconocen también la reforma a la Ley General de Educación, pública en el DOF el 30 de septiembre de 2019. Ambos productos legislativos cuentan con la legitimidad democrática de haber sido votados.
El nuevo plan de estudios es resultado de una amplia consulta nacional que inicio el 16 de febrero de 2021 y terminó el 30 de agosto de 2022 en donde se realizaron asambleas, diálogos y foros. Dicho proceso contó con la participación de trabajos colaborativos en equipos interdisciplinarios e interinstitucionales con más de 5,000 observadores de los Consejos Técnicos Escolares y se aplicó para la educación preescolar, primaria y secundaria.
¿Qué tenemos? Un nuevo enfoque con pensamiento humanista que se divide en tres proyectos: escolares, comunitarios y de aula; en cuatro campos de conocimiento diferentes: lenguajes, saberes y pensamiento científico, ética, naturaleza y sociedad, así como de lo humano y lo comunitario;
con siete ejes de discusión: inclusión, pensamiento crítico, educación estética, vida saludable, interculturalidad crítica, igualdad de género y fomento a la lectura y a la escritura.
Podemos no estar de acuerdo (obvio, quienes defienden el modelo conservador no lo estarán), pero decir algo que no parte de la base anteriormente expuesta, es hablar con mentiras y faltarle a la verdad. ¡Ese ejemplo no lo queremos para los niños y niñas de México, piensen en las futuras generaciones, caray!
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