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Salvador Guerrero Chiprés
Hace dos meses hablé de Porfirio Muñoz Ledo con Cuauhtémoc Cárdenas. Conocidos por muchos en la izquierda después de la irrupción de la Corriente Democrática en 1987.
“Lo veo cada dos o tres meses, cuando se puede. No anda muy bien de salud”, dijo el ingeniero. Realista incluso con sus amigos históricos como el político fallecido este domingo, añadió que la aspiración de Muñoz Ledo reciente de ser embajador en Cuba habría sido lastimada por las críticas —ocasionalmente tan inteligentes como fuera de lugar— al presidente Andrés Manuel López Obrador de quien fue una voz propulsora. Era un portento de respaldo y a veces demoledor a partir de sus propios objetivos insertos en los nacionales.
El Jefe de Gobierno, Martí Batres Guadarrama, le dedicó un minuto de silencio, en un evento de la Brigada de Vigilancia Animal de la SSC este domingo, a donde llegó la dominical y matutina noticia funesta.
Al conformar en 1988 el Frente Democrático Nacional impulsó el fin del PRI en el control del poder la capital nacional y después en todo el país. Fue dirigente de partidos que después atormentó.
Como presidente de la Mesa Directiva de la Cámara de Diputados en 2018 colocó la banda presidencial a Andrés Manuel López Obrador. Solamente le faltó ser, él mismo, beneficiario de portarla, algo autoprometido desde sus tiempos de figura de la Facultad de Derecho en los años 50.
Siendo yo dirigente sindical, un par de veces me gritó por mi nombre de orilla a orilla en la glorieta del Ángel en Reforma en algunas marchas. Orgulloso de ser referido a voz en cuello, respondí sonoramente con su propio nombre, entre lo que más gozaba de oír.
Su último mensaje, el 19 de junio, fue un reconocimiento a las mujeres: “Nunca se ha hablado mejor del trabajo patriótico de las mujeres. Bravo @ Claudiashein, bravo @LuisaAlcalde”.