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CIUDAD DE MÉXICO.- A cinco años de gobierno y después de una larga lucha de 18 años por alcanzar la presidencia de la República, Andrés Manuel López Obrador se consuma como un líder de masas, carismático y uno de los personajes más populares de las últimas décadas, acompañado de un grupo de 12 leales precursores de la 4T, fieles seguidores de un movimiento que se perfila para mantener el poder en las elecciones del junio 2 de 2024.
Bertha Luján, Alejandro Esquer, Claudia Sheinbaum, Alejandro Encinas, Rosa Icela Rodríguez, Yeidckol Polevnsky, Marcelo Ebrard, César Yáñez, Rocio Nahle, Alfonso Romo y Ricardo Monreal, lo han acompañado en el engrandecimiento de su movimiento que analistas lo posicionan con mayor trascendencia a Lázaro Cárdenas.
En ese selecto grupo, el mandatario ha reconocido al finado exgobernador de Puebla, Miguel Barbosa Huerta, como una pieza valiosa de su proyecto, llamándole “valioso precursor de la 4T”.
Cimentado y reconocido hasta por sus enemigos y “adversarios”, como un estratega y líder histórico con alto sentido nacionalista, López Obrador es visto por Bernardo Barranco, escritor, analista y politólogo, estudioso de asuntos religiosos con mayor trascendencia a la del exgeneral michoacano “tomando en cuenta que en los años 40 del siglo pasado las condiciones de vida eran muy diferentes, y era otro país con otras dimensiones”.
Convertido en personaje central del debate de la política nacional, en la actualidad arrastra multitudes con un discurso combativo que agita banderas sociales y denuesta a la corriente neoliberal y conservadora, el mandatario tabasqueño marcha a estadios superiores, junto con 12 figuras principales.
Públicamente ellos han manifestado su decisión de participar junto a él, “hasta el último día de su gobierno”, como lo expresó Rosa Icela Rodríguez, secretaria de Seguridad y Protección Ciudadana, al sacrificar su posición como segura candidata a la jefatura Gobierno de la Ciudad de México, largo sueño acariciado por años.
En la actualidad AMLO se coloca como el más grande constructor de Morena, que del 2 de octubre de 2011, a menos de 12 años de su fundación, se perfila para tener el control político de casi el 90 por ciento del territorio nacional.
A su trabajo personal, identificado como un hombre trabajador, se ha sumado la ausencia de un proyecto político opositor que se ha alimentado de un programa de primero los pobres, la lucha anticorrupción, y los planteamientos de combate frontal a las políticas neoliberales y el daño que han provocado a la economía nacional.
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