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Salvador Guerrero Chiprés
La paz no solo se construye, también se esculpe. En la erradicación de la violencia nunca sobran estrategias ni artes. El programa Sí al Desarme Sí a la Paz integra voluntades ciudadanas, eclesiásticas e institucionales para sacar las armas de los hogares. Esta acción contribuye a profundizar los resultados de la política de seguridad impulsada por la Jefa de Gobierno de la CDMX, Claudia Sheinbaum, y que ha permitido avances en todas las alcaldías.
En la Cuauhtémoc —donde este martes se realizó una jornada del desarme en el atrio de la parroquia del Inmaculado Corazón de María— es la demarcación con mayor tasa de delitos de alto impacto por cada 100 mil habitantes, con 556, un indicador que revela áreas de oportunidad para el trabajo entre ciudadanía e instituciones. En la Guerrero, en lo que va del año
registra 383 carpetas de investigación. La violencia familiar representa el 14.6 por ciento, las amenazas 13.1 y el fraude 6 por ciento.
Desde 2019 han sido canjeadas en la Ciudad de México más de 8 mil armas y un millón de municiones. Los delitos cometidos con este tipo de artefactos, como el homicidio doloso o las lesiones dolosas por disparos, bajaron 50 y 68 por ciento respectivamente. El Consejo Ciudadano de la CDMX convocó al segundo concurso “Cultura de la Paz y No Violencia”. Con las toneladas de material reunido será diseñada la escultura ganadora.
Los proyectos deberán entregarse en una maqueta en alguna de las sedes del organismo —Cuauhtémoc, Iztapalapa, Azcapotzalco y Benito Juárez— antes del 19 de junio. El premio al ganador son 200 mil pesos, y la colocación de la obra en una avenida primaria de la capital nacional.
La primera escultura “Molino para la Paz”, que representa a una niña y un niño con un corazón en la mano, parados junto a un molino, que simbolizan la capacidad ciudadana para construir la paz y contribuir a la transformación del espacio público. Una forma de esculpir la paz.